Guadalajara, México .-Tras cada feminicidio que indigna a la ciudadanía, se llega al mismo discurso y repartición de culpas.
Ocurrió, por ejemplo, en el feminicidio de Alexandra Castellanos Méndez, asesinada el 24 de diciembre de 2017 en Tlajomulco.
Ella tenía ya medidas de protección contra su agresor, Alberto Cárdenas Camarena. Le correspondía a la Fiscalía investigar y llevar ante un juez al señalado y le tocaba a la Comisaría de Zapopan vigilar su seguridad.
Tras el crimen, la Fiscalía y el entonces Alcalde de Zapopan, Pablo Lemus, cruzaron acusaciones sin asumir responsabilidades.
En el asesinato de Vanesa Gaytán Ochoa, ocurrido el 25 de abril de 2019 afuera de Casa Jalisco, el Gobernador Enrique Alfaro aludió a una “descomposición social”.
Aunque dijo que se investigaría cualquier omisión en la atención de Vanesa, quien había denunciado a su agresor 16 veces, no hubo responsabilidades administrativas o penales.
“(El crimen) es la muestra de una descomposición social que duele, que ofende, indigna y da rabia. Un hombre mató a su esposa y lo hizo con un nivel de violencia que pasa los límites de una sociedad en descomposición.
“Más que cualquier acción de gobierno, la mejor prevención comienza en casa”, dijo entonces.
Cuando se ha reportado aumento en las cifras de víctimas de feminicidio, Alfaro ha elegido responsabilizar al Gobierno de Aristóteles Sandoval, por no usar el protocolo de feminicidios.
También ha insistido en que es un “problema social“.
“Muchos de ellos (los feminicidios) suceden en el propio hogar, y es muy fácil simplemente señalar al Gobierno en su responsabilidad, cuando creo que todos tenemos mucho por hacer (como sociedad)”, afirmó el 27 de abril.
Luz Raquel denunció la violencia de la que era víctima por parte de su vecino, meses antes de que la quemaran viva acusó retardos en la toma de la denuncia y que no le quisieron dar un Pulso de Vida.
Alfaro volvió a señalar que era un problema de “descomposición social” y dijo que había que reflexionar sobre un compromiso individual para revertir los niveles de violencia.
Ayer se le preguntó al Fiscal sobre alguna investigación por omisiones en la atención a Luz. Aseguró que se hicieron todas las diligencias que correspondían.
¿Quiénes le fallaron a Luz?
Tras haber denunciado a su agresor, Luz Raquel Padilla Gutiérrez debió recibir una serie de atenciones para garantizar su protección y acceso a la justicia, pero desde el proceso de denuncia encontró fallas.
Ella acusó en videos en sus redes sociales que demoró más de 10 horas en el proceso de denuncia en el Centro de Justicia para las Mujeres, queja usual entre las víctimas que intentan obtener ayuda. Esto fue señalado también por el colectivo Me Cuidan Mis Amigas.
“El agente del Ministerio Público que le tomaría la denuncia le indicó que, al no haber un culpable de las amenazas explícito, no le podían otorgar medidas de protección.
“Realizar una denuncia y darle seguimiento fue una tarea titánica y cansada para Luz y su hijo”, acusó la agrupación.
Tras denunciar y obtener medidas de protección, le negaron el Pulso de Vida en la Comisaría de Zapopan. El Alcalde, Juan José Frangie, aseguró que no tenían registro de su petición y que su programa de Pulso de Vida funciona “perfectamente bien”.
A Luz también le falló la Fiscalía y las determinaciones del Poder Judicial, pues según el primero de estos organismos, la carpeta de investigación por lesiones y amenazas ya había llegado ante un juez, pero no se tomaron las medidas para llamar a cuentas a su agresor.
Nadie las escuchó:
“Temo por mi vida y por la vida de mis hijos y solo una persona es culpable de eso”, había escrito Alexandra meses antes de que la mataran en la víspera de Navidad de 2017. El entonces Alcalde de Zapopan, Pablo Lemus, negó alguna omisión de los policías, pese a que ella contaba con orden de protección.
Alexandra Castellanos
Vanesa denunció 16 veces a su agresor, Irving Emanuel Ramírez Barajas. Ella intentaba separarse de él, tenía orden de protección cuando él la atropelló y la acuchilló afuera de Casa Jalisco en abril de 2019. “Más que cualquier acción de gobierno, la mejor prevención comienza en casa”, dijo Alfaro.
Luz Raquel clamó por ayuda y dijo que vivía con miedo por las amenazas de muerte de su vecino, quien, dos meses antes, ya la había quemado, acusó en sus redes sociales tras denunciarlo. Ella acudió al Centro de Justicia para las Mujeres, la Fiscalía y la Comisaría de Zapopan antes de que la quemaran viva.
