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TEHERÁN, IRÁN.- Alrededor de 700 alumnas han sido envenenadas con gas tóxico en Irán desde noviembre, en ataques que algunos atribuyen a sectores opuestos a la escolarización de las niñas en el país.
Ninguna de las menores ha muerto, pero decenas de ellas han tenido que ser hospitalizadas por problemas respiratorios, náusea, mareo y fatiga.
Según reportes, casi 200 niñas fueron envenenadas en la última semana en cuatro escuelas en la ciudad de Borujerd, en la provincia de Lorestan.
Ayer, unas 35 estudiantes de la escuela femenina de Khayyam, en Pardis, una ciudad aledaña a Teherán, fueron trasladadas al hospital tras sentirse indispuestas por la mañana, informó la agencia de prensa Tasnim.
Los primeros casos se remontan a finales de noviembre, cuando la prensa iraní empezó a informar de cientos de envenenamientos respiratorios de niñas de unos 10 años, en centros educativos de la ciudad santa de Qom, en el centro del país.
El Ministerio de Salud explicó el domingo que “ciertos individuos” buscan con estos actos que todas las escuelas, en particular las de mujeres, cierren.
Los sospechosos utilizan compuestos químicos disponibles en el mercado, precisó la dependencia, que descartó sustancias de uso militar.
Las autoridades agregaron que se trata de hechos “intencionados”. No obstante, otros funcionarios señalaron otros motivos, como la falla en el sistema de calefacción.
El jefe de la Policía Nacional iraní, Ahmadreza Radan, anunció ayer que sus agentes están identificando a posibles sospechosos, aunque no se anunció algún arresto relacionado con el asunto.
“Todos los servicios del Estado intentan atajar los temores de la población”, agregó, citado por Tasnim.
En el Parlamento se organizó una “reunión de emergencia” para investigar el caso, en la que participaron los Ministros de Educación, Inteligencia y Salud, informó la agencia Fars.
Algunos activistas compararon a los autores de estos envenenamientos con los talibanes de Afganistán y con los yihadistas de Boko Haram en África occidental, que se oponen a la escolarización de las niñas.
El caso coincide con el movimiento de protesta que sacude a Irán desde la muerte, el 16 de septiembre pasado, de Mahsa Amini, una kurda-iraní de 22 años que estaba bajo custodia policial por violar el estricto código de vestimenta que rige en el país y que, entre otras cosas, obliga a las mujeres a llevar velo en público.
El diputado de Qom Ahmad Amiri Farahani denunció los envenenamientos como un “acto irracional” y precisó que los habitantes de la ciudad santa apoyan la escolarización de las niñas.
La educación para todos es obligatoria en Irán y en las universidades el número de alumnas supera al de los varones.
La ex Vicepresidenta Masoumeh Ebetkar instó ayer al Gobierno a “acabar de una vez por todas con los fanáticos misóginos”.
Un dignatario chiita, el Ayatolá Javad Aalvi-Boroujerdi, lamentó las “declaraciones contradictorias de las autoridades” acerca del origen del caso.
“Un responsable menciona el envenenamiento intencionado, mientras que otro acusa a fallas en el sistema de calefacción (…). Unas contradicciones que refuerzan la desconfianza de la gente hacia el Estado”, consideró, según declaraciones recogidas por la agencia Shafaqna.
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