El primer intento de los demócratas de responder a los tiroteos masivos consecutivos en Buffalo y Uvalde, Texas, fracasó en el Senado, ya que los republicanos bloquearon un proyecto de ley sobre terrorismo nacional que habría abierto el debate sobre cuestiones difíciles relacionadas con los crímenes de odio y la seguridad de las armas.
El líder de la mayoría del Senado, el demócrata Chuck Schumer, trató de presionar a los republicanos para que retomaran una iniciativa de ley sobre terrorismo interno que había sido aprobado rápidamente por la Cámara de Representantes la semana pasada tras los tiroteos masivos en una tienda de comestibles en Buffalo, Nueva York, y en una iglesia en el sur de California dirigidos a personas no blancas. Dijo que podría convertirse en la base de la negociación.
Sin embargo, la votación fracasó, siguiendo las líneas de ambos partidos, lo que suscitó nuevas dudas sobre la posibilidad de un debate sólido, por no hablar de un posible acuerdo, sobre una posible reforma en la posesión de armas.
La votación final fue de 47-47, por debajo de los 60 necesarios para que el proyecto de ley fuera aprobado. Todos los republicanos votaron en contra. “Ninguno de nosotros se hace ilusiones de que esto vaya a ser fácil”, comentó Schumer antes de la votación.
El rechazo del proyecto de ley puso de manifiesto la frecuencia de los tiroteos masivos en Estados Unidos, con el Senado en la insólita posición de luchar por hacer frente a la violencia, votando una propuesta de legislación que responda a los tiroteos en Buffalo y California, que se vieron eclipsados por otra masacre, esta vez en una escuela primaria de Texas en la que murieron 19 niños y dos profesores.
Schumer dijo que dará a las negociaciones bipartidistas en el Senado unas dos semanas —los próximos 10 días, mientras el Congreso está de vacaciones— para tratar de forjar un proyecto de ley que pueda ser aprobado en el Senado, que está dividido al 50% y en el que se necesitarán 60 votos para superar el llamado filibusterismo, una táctica dilatoria para obstruir la aprobación de una ley.