KIEV, Ucrania
Las fuerzas rusas lanzaron un ataque con misiles contra el área de Kiev por primera vez en semanas y también cañonearon la región septentrional de Cherníhiv, en lo que Ucrania dice fue una venganza por hacerle frente al Kremlin.
Por su parte, las autoridades ucranianas anunciaron una contraofensiva para recuperar la región ocupada de Jersón, en el sur del país, territorio tomado por las fuerzas del presidente ruso Vladimir Putin en la primera etapa de la guerra.
Rusia atacó la región de Kiev con seis misiles lanzados desde el Mar Negro, alcanzando una unidad militar en la localidad de Liutizh, en las afueras de la capital, según Oleksii Hromov, un funcionario de alto rango del Estado Mayor de Ucrania.
Dijo que el ataque arruinó un edificio y dañó otros dos, y que fuerzas ucranianas derribaron uno de los misiles en la localidad de Bucha.
Quince personas resultaron heridas en los ataques rusos, cinco de ellas civiles, informó el gobernador regional de Kiev, Oleksiy Kuleba
Kuleba vinculó los ataques con el Día de la Estatalidad, una conmemoración que el presidente Volodymyr Zelenskyy instituyó el año pasado y que Ucrania conmemoró el jueves.
“Rusia, con la ayuda de misiles, está montando una venganza por la amplia resistencia popular, que los ucranianos fueron capaces de organizar precisamente por su condición de Estado”, dijo Kuleba a la televisión ucraniana. “Ucrania ya ha desbaratado los planes de Rusia y seguirá defendiéndose”.
El gobernador de la región de Cherníhiv, Vyacheslav Chaus, reportó que los rusos también dispararon misiles desde el territorio de Bielorrusia contra el pueblo de Honcharivska. La región de Cherníhiv no había sido objeto de ataques desde hacía semanas.
Los soldados rusos se retiraron de las regiones de Kiev y Cherníhiv hace meses, tras fracasar en la captura de ambas. Los nuevos ataques ocurren un día después de que el líder de los separatistas pro-Kremlin en el este, Denis Pushilin, instara a las fuerzas rusas a “liberar las ciudades rusas fundadas por el pueblo ruso: Kiev, Cherníhiv, Poltava, Odesa, Dnipropetrovsk, Járkiv, Zaporiyia, Lutsk”.
En otros lugares del país, cinco personas murieron y 25 resultaron heridas en un ataque ruso con cohetes contra la ciudad de Kropvynytskyi, a unos 250 kilómetros (150 millas) al sureste de Kiev, según el vicegobernador de la región ucraniana de Kirovohrad, Andriy Raikovich. Dijo que el ataque alcanzó los hangares de una academia de aviación, dañando aviones civiles.
Járkiv, la segunda ciudad más poblada de Ucrania, también fue objeto de un ataque durante la noche, según el alcalde. Las autoridades dijeron que un policía murió en la ofensiva rusa sobre una planta de energía en la región de Járkiv.
La ciudad de Mykolaiv, en el sur del país, también fue atacada, y se reportó una persona herida
Mientras tanto, las fuerzas armadas ucranianas siguieron contraatacando en la región de Jersón, dejando fuera de servicio un puente clave sobre el río Dniéper el miércoles.
Medios de comunicación ucranianos citaron al asesor presidencial ucraniano Oleksiy Arestovich, quien dijo que la operación para liberar Jersón está en marcha, y que las fuerzas de Kiev planean aislar a los soldados rusos y dejarlos con tres opciones: “retirarse, de ser posible, rendirse o ser destruidos”.
Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, dijo que los rusos están concentrando el máximo de fuerzas en dirección a Jersón, y advirtió: “Ha comenzado un movimiento a gran escala de sus soldados”.
Las fuerzas armadas británicas indicaron que Ucrania ha utilizado su nueva artillería de largo alcance, suministrada por Occidente, para dañar al menos tres de los puentes que cruzan el Dniéper y de los que Rusia depende para abastecer a sus fuerzas.
La oficina presidencial ucraniana dijo el jueves por la mañana que los ataques de artillería rusos sobre ciudades y pueblos en las últimas 24 horas dejaron al menos cinco civiles muertos, todos ellos en la provincia oriental de Donetsk, y nueve heridos.
Los combates de las últimas semanas se han centrado en la provincia de Donetsk. Se han intensificado en los últimos días cuando las fuerzas rusas parecían salir de una supuesta “pausa operativa” tras capturar la vecina provincia de Luhansk.