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MADRID, ESPAÑA.- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, finalmente ha desoído las presiones de uno de sus socios de gobierno –Unión Brasil– para que sustituya a la ministra de Turismo, Daniela Carneiro, a quien ha decidido mantener en el cargo tras reunirse con ella este martes en el Palacio del Planalto.
Después de que solicitara en abril su salida del partido, en las últimas semanas, Unión Brasil ha estado maniobrando para sustituir a Carneiro por otro compañero de filas, Celso Sabino, en un intento por mantener esta cartera, una de las tres que dirige como parte del acuerdo de Gobierno con el presidente Lula.
Además de Carneiro, también ha estado presente en el encuentro el alcalde del municipio fluminense de Belford Roxo (RJ), Wagner dos Santos Carneiro, conocido como Waguinho, esposo de la ministra de Turismo y principal azote de quienes desde el partido han intentado que fuera reemplazada.
Waguinho acusó a Unión Brasil de querer “impregnar” el Ejecutivo de bolsonaristas, en referencia a Sabino, a quien se ha vinculado con el expresidente Jair Bolsonaro por unas imágenes. Aquello enturbió aún más el ambiente, en un momento en el que el partido ha sido cuestionado por su escaso apoyo al Gobierno en las propuestas que se han presentado en el Congreso.
Carneiro, que previsiblemente irá al partido de su esposo –Republicanos–, fue una elección personal del presidente Lula, después de que Waguinho le ofreciera su apoyo en una región estratégica para al ahora presidente durante la segunda vuelta de las elecciones, pues Río de Janeiro siempre ha sido uno de los principales caladeros de votos del expresidente Bolsonaro.
La presencia de Carneiro en el Gobierno de Lula ha estado en entredicho casi desde el principio, después de que la prensa brasileña publicara que en 2018 hizo campaña junto a Juracy Alves Prudencio, un paramilitar condenado a 22 años por homicidio, quien por entonces contaba con un permiso penitenciario para trabajar en el gobierno del municipio de su esposo, en Belford Roxo.
Cuando se destapó el asunto, el gobierno local alegó que Prudencio, un antiguo sargento de la Policía Militar que había liderado un grupo responsable de una serie de homicidios en Baixada Fluminense, nunca tomó posesión del cargo, no recibió salario y que cumplía voluntariamente un expediente administrativo. Tras la polémica, no volvió a conseguir más permisos penitenciarios.
Unión Brasil es una de las tres formaciones conservadoras a las que Lula ha tenido que contentar en respuesta a los apoyos recibidos durante las elecciones. Además de Turismo, también dirige la cartera de Integración y Desarrollo Regional; y la de Comunicaciones, del también cuestionado Juscelino Filho, de quien se sospechó por haber usado supuestamente fondos públicos de manera irregular.
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