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WASHINGTON DC, ESTADOS UNIDOS.- El desenlace sobre qué partido controlará el Senado de Estados Unidos amenazaba anoche con extenderse por días ante una pelea voto a voto en al menos tres estados del País que aún no daban señales sobre si el Partido Demócrata lograba mantener el control por los próximos dos años.
Considerado clave para que el Presidente Joe Biden pueda gobernar durante la segunda mitad de su mandato, el Senado demócrata está bajo la mira de una ofensiva electoral republicana que durante la jornada electoral de ayer presionaba en Estados de la Costa Atlántica y el Oeste estadounidense.
A decir de una encuesta levantada por la agencia AP durante la jornada electoral, el tema dominante para alrededor de la mitad de los electores al momento de emitir su voto eran las presiones inflacionarias y el malestar por el costo de la vida, lo que se reflejaba en las oportunidades para el Partido Republicano.
A pesar de que ambos partidos tienen 50 Senadores actualmente, los demócratas tienen el control de dicho cuerpo legislativo dado a que la vicepresidenta Kamala Harris tiene un voto de desempate bajo la Constitución estadounidense lo que ha permitido empujar iniciativas clave para la Casa Blanca.
En una jornada que amenazaba con igualar el récord de participación de 50 por ciento establecido en 2018 para una elección de medio mandato, los republicanos defendieron exitosamente territorios en Florida, con el triunfo de Marco Rubio, y conquistaron nuevos escaños en Ohio, con el triunfo de J.D. Vance.
En una elección en la que alrededor de un tercio de la Cámara Alta estaba en juego, los demócratas lograron retener un escaño en Nueva Hampshire, donde la Senadora Maggie Hasan estaba amenazada, y los votos daban buena ventaja a Mark Kelly en Arizona para mantenerse en el puesto seis años más.
En Georgia, la competencia al Senado permanecía sin decidirse con más del 91 por ciento de los votos contados dándole una ventaja mínima al retador republicano Herschel Walker por encima del actual Senador Raphael Warnock; la diferencia entre ambos candidatos era de menos de 12 mil votos.
Según la ley de Georgia, si ningún candidato obtenía más del 50 por ciento de los sufragios durante la jornada de ayer martes, la elección al Senado pasaría a una segunda vuelta entre los dos candidatos con más votos y que debería desarrollarse justo cuatro semanas más tarde, el próximo 6 de diciembre.
De igual manera en el Estado de Pennsylvania, la competencia entre el demócrata John Fetterman y el republicano Mehmet Oz permanecía anoche sin definirse con 86 por ciento del voto contado; según las cifras oficiales, la diferencia entre ambos candidatos era de menos de un punto porcentual.
Desde antes de la jornada electoral, las autoridades electorales en Pennsylvania habían advertido que dado el impedimento bajo las Leyes vigentes para iniciar antes de ayer martes el conteo de los 1.4 millones de votos por correo, el resultado oficial quedaría retrasado casi de forma automática.
“Los resultados no oficiales estarán disponibles unos días después de las elecciones, y es de vital importancia que todos entiendan que este retraso no significa que esté sucediendo algo maligno”, dijo Leigh Chapman, Secretaria de Estado interina en Pennsylvania encargada de los procesos electorales.
En Nevada, donde la Senadora demócrata Catherine Cortez Masto está defendiendo su escaño frente al retador republicano Adam Laxalt en una competencia también cerrada, los primeros resultados no se conocerán sino hasta la mañana del miércoles y aún sin tener en cuenta las boletas por correo.
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