El Bogensee, la antigua residencia del ministro de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, representa una carga para el municipio de Berlín, que ahora está dispuesta a donarla debido a los altos costos de mantenimiento. Berlín ha estado luchando durante años por encontrar una nueva función para esta propiedad, una vez lujosa, construida cerca de un lago en una vasta propiedad de 17 hectáreas en las afueras de la capital alemana.
“Dono el terreno a quien quiera hacerse cargo. Es un regalo del Estado federado de Berlín”, declaró Stefan Evers, responsable de finanzas, durante una discusión el jueves en la Cámara de Diputados de Berlín, con la esperanza de poner fin a este debate interminable.
La propiedad, ubicada a unos 40 kilómetros de Berlín en el estado federado de Brandeburgo, no ha generado interés por parte del gobierno federal ni de Brandeburgo, considerando el “regalo” demasiado generoso.
Joseph Goebbels recibió el terreno en 1936 y construyó la gran mansión gracias al financiamiento de la UFA, una poderosa sociedad de producción cinematográfica sobre la que tenía control absoluto. La construcción en forma de U incluía una sala de cine privada y amplias habitaciones con vistas al lago de Bogensee, donde Goebbels recibió a celebridades, personalidades y amantes.
Después de la guerra, las autoridades de la antigua RDA construyeron un gran complejo en el mismo terreno donde se encuentra la antigua villa del ministro de Hitler. Este conjunto de edificios, construido al estilo estalinista a principios de los años 1950, albergaba el centro de formación de la Juventud Libre Alemana, la organización juvenil del partido comunista de Alemania Oriental SED. En el centro de esta universidad comunista, la “villa Goebbels” se había convertido en un supermercado para los estudiantes y en una guardería.
Ante la falta de un comprador o de financiamiento, Berlín está considerando la posibilidad de demoler todo y renovar los terrenos, ya que los costos anuales de seguridad y mantenimiento ascienden a millones de euros. En 2016, el Fondo Inmobiliario de Berlín renunció a vender la deteriorada “villa Goebbels” por temor a que cayera en malas manos y se convirtiera en un lugar de peregrinación para los nazis.