Alemania ha dado un paso hacia la legalización del cannabis recreativo, a pesar de la firme resistencia de los conservadores y las asociaciones médicas que expresan preocupaciones sobre posibles efectos negativos en la juventud.
La nueva ley, que entró en vigor el pasado lunes, permite a los adultos mayores de 18 años llevar consigo hasta 25 gramos de marihuana en lugares públicos, cultivar hasta 50 gramos y tener tres plantas por adulto en sus hogares.
El cambio fue recibido con celebraciones, donde alrededor de 1,500 personas se congregaron frente a la Puerta de Brandeburgo en Berlín, envueltos en humo de cannabis, según reportes de la AFP.
Para muchos, esta legalización representa un avance en la libertad individual. Torsten Dietrich, activista a favor de la medida, lo ve como “el final de la criminalización de varios millones de personas en Alemania”.
Esta medida coloca a Alemania entre los países más tolerantes respecto al cannabis en Europa, junto con Malta y Luxemburgo, que legalizaron su consumo recreativo en años anteriores. Sin embargo, contrasta con la estrategia más restrictiva adoptada por los Países Bajos para reducir el turismo relacionado con el consumo de drogas.
Aunque la ley ha entrado en vigor, los consumidores aún tendrán que esperar tres meses para comprar cannabis legalmente en “clubes sociales de cannabis”. Durante este período, la compra de cannabis seguirá siendo ilegal, explicó Georg Wurth, director de la Asociación Alemana de Cannabis.
El gobierno, encabezado por el canciller socialdemócrata Olaf Scholz, argumenta que la legalización ayudará a combatir de manera más efectiva el tráfico de drogas. El ministro de Salud, Karl Lauterbach, destacó que el cambio permitirá una mejor asistencia a los adictos, una prevención más efectiva entre los jóvenes y una lucha más eficaz contra el mercado negro.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta medida. Algunas organizaciones de salud advierten sobre el riesgo de un aumento en el consumo entre los jóvenes y los posibles efectos negativos en su salud mental.
La policía también ha expresado preocupaciones sobre la implementación de la ley y las posibles dificultades para hacer cumplir sus disposiciones. Además, la amnistía retroactiva para delitos relacionados con el cannabis plantea desafíos adicionales para el sistema jurídico.
A pesar de las críticas, el ministro de Finanzas, Christian Lindner, del partido liberal FDP, defiende la legalización como una medida responsable que ayudará a combatir el mercado negro de cannabis.
