El presidente Joe Biden y la primera dama Jill Biden presentaron sus respetos en un memorial improvisado a las 10 personas muertas en el ataque racista en Buffalo, enfrentándose nuevamente a las fuerzas del odio que prometió combatir al buscar la Casa Blanca.
La pareja colocó un ramo de flores blancas en el memorial de flores, velas y mensajes de condolencia afuera del supermercado Tops, donde el 14 de junio un joven blanco armado con un fusil de asalto atacó a personas de raza negra en el tiroteo más brutal en Estados Unidos desde que Biden asumió el cargo.
Los Biden se reunieron en privado con las familias de las víctimas, socorristas y funcionarios locales antes de que el presidente hiciera declaraciones públicas en las que planeaba pedir leyes de armas más estrictas e instar a los estadounidenses a rechazar el racismo y abrazar la diversidad de la nación, dijo la Casa Blanca.
En su discurso al asumir el cargo, Biden fue el primer presidente que habló de la supremacía blanca, a la que llamó “terrorismo interno que debemos enfrentar”. Pero esas creencias siguen siendo una amenaza arraigada en momentos que la presidencia debe ocuparse de las crisis de la pandemia, la inflación y la guerra en Ucrania.