Esta cifra implica que el 17 por ciento de la población ucraniana es ahora desplazada, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Las mujeres representan al 60 por ciento de los últimos desplazados.
La situación es delicada para todos estos desplazados, ya que más de la mitad de ellos tienen un acceso limitado a alimentos, especialmente en el este de Ucrania, y el 28 por ciento de las familias con niños menores de cinco años reconocen que tienen problemas para conseguir comida para sus hijos.
El director general de la OIM, António Guterres, ha subrayado que la organización trabaja para tratar de paliar éstas y otras necesidades, pero también ha admitido que “es crucial un alto el fuego humanitario para llevar ayuda y acceder a comunidades a las que es difícil llegar”.
Entre quienes se encuentran actualmente fuera de sus hogares, el 15 por ciento tiene previsto regresar en las próximas dos semanas, si bien este dato corresponde principalmente a vueltas hacia Kiev y otras zonas del norte del país. Rusia ha intensificado su ofensiva en la zona del Donbás, en el este de Ucrania.
Los 7,7 millones de desplazados internos se suman a los casi 5,1 millones de refugiados que tiene registrados la ONU, lo que elevaría a 12,8 millones el recuento total, equivalente ya a casi el 30 por ciento de la población total de Ucrania.
Sólo a Polonia han llegado ya más de 2,8 millones de personas, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que tiene registradas también 764.000 llegadas a Rumanía, 476.000 a Hungría, 428.000 a Moldavia y 346.000 a Eslovaquia. Según este recuento, a Rusia han llegado ya más de 563.000 refugiados aunque autoridades locales han asegurado que la cifra supera los 800.000.