Letonia, Lituania y Polonia continúan usando métodos cuestionables para impedir el ingreso de migrantes desde Bielorrusia y les están negando acceso a los grupos de ayuda que tratan de asistir a las personas varadas en áreas fronterizas, dijeron el jueves la agencia de refugiados de la ONU y funcionarios de la Unión Europea.
Unos 8.000 solicitantes de asilo, muchos de ellos de Irak, cruzaron a Letonia, Lituania y Polonia el año pasado. Miles más quedaron varados a lo largo de fronteras en Bielorrusia al arribar el frío. Algunos murieron. Pero el número de intentos de entrada se ha reducido a casi nada.
“Incluso en esta situación peligrosa y difícil en la que esos tres estados miembros de la UE están, debe haber leyes que digan que devolver forzosamente a los migrantes no es aceptado ni legalizado”, dijo la comisaria europea de Asuntos Internos Ilva Johansson a legisladores de la UE.
Devolver a la fuerza a migrantes a través de una frontera internacional sin permitirles solicitar asilo es considerado ilegal bajo los tratados internacionales de refugiados y la ley de la UE.
Johansson no dijo por qué la Comisión Europea, que propone y vigila las leyes del bloque, no está tomando medidas contra los países por esas infracciones. Dijo que las tensiones fronterizas se han “desescalado significativamente” y que la UE ha ayudado a repatriar a casi 5.000 migrantes de la capital bielorrusa, Minsk, pero que muchas personas siguen en el limbo en bosques fronterizos.
“Las personas aún tienen el derecho a solicitar asilo, aún tienen el derecho a acceder al proceso de asilo. Aún tenemos que respetar nuestros valores y nuestro tratado”, dijo Johansson.
La UE acusó al presidente bielorruso Alexander Lukashenko de usar a los migrantes en una forma de “ataque híbrido” contra el bloque de 27 países luego que la UE sancionó a su gobierno por fraude en las elecciones de 2020 donde se reeligió y por la represión contra las protestas que siguieron.