SEÚL, Corea del Sur
Durante una reunión de emergencia del organismo de la ONU el viernes celebrada a puerta cerrada, Francia circuló una propuesta de comunicado que expresaba preocupación por los lanzamientos de misiles de Corea del Norte y le pedía que aplicara por completo las resoluciones del consejo que prohíben sus lanzamientos de misiles balísticos.
Jo Chol Su, funcionario destacado del Ministerio Norcoreano de Exteriores, advirtió que el consejo de Naciones Unidas “debería pensar mejor en qué consecuencias traerá en el futuro en caso de que intente infringir la soberanía” de Corea del Norte.
Jo también acusó al organismo de Naciones Unidas de tener “un doble rasero” porque no reacciona igual a ensayos armamentísticos similares de Estados Unidos y sus aliados, según el comunicado difundido por medios estatales.
Tras un paréntesis de seis meses, Corea del Norte reanudó las pruebas de misiles en septiembre con el lanzamiento de misiles de reciente desarrollo, incluidas armas capaces de realizar ataques nucleares y que dejan a Corea del Sur y japón, dos importantes aliados de Estados Unidos, a su alcance.
El país mantuvo su oferta de conversaciones condicionadas con Corea del Sur, en lo que algunos expertos describen como un intento de presionar a Seúl para persuadir a Washington de que relaje las duras sanciones económicas sobre Pyongyang.
Corea del Norte, sujeta a varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, tiene prohibido realizar actividades de misiles balísticos, ya que el país aspira a colocar armas nucleares en sus misiles balísticos. Corea del Norte ha alegado que su programa nuclear pretende responder a las amenazas militares de Estados Unidos, aunque Washington ha dicho que no tiene intenciones hostiles hacia Pyongyang.
Pese a sus recientes lanzamientos, Corea del Norte mantiene una moratoria autoimpuesta de 2018 sobre los ensayos de misiles de largo alcance que amenacen directamente territorio estadounidense, un indicio de que aún quiere mantener con vida las posibilidades de futuras relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Las autoridades estadounidenses han instado a Corea del Norte a regresar a las negociaciones sin condiciones previas, pero Pyongyang ha afirmado que no lo hará salvo que los estadounidenses abandonen su “política hostil”, una aparente referencia a las sanciones y las maniobras militares regulares entre Washington y Seúl.