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WASHINGTON, EU.- Importantes figuras republicanas y aliados ampliaron las críticas al ex Presidente de Estados Unidos Donald Trump por cenar la semana pasada en Mar-A-Lago con el nacionalista blanco Nick Fuentes y el rapero Kanye West, ambos con un historial de comentarios antisemitas.
El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, apuntó que en el Partido Republicano no puede haber lugar para el odio, por lo que sugirió indirectamente que Trump tiene bajas posibilidades de ser elegido para la Casa Blanca.
“No hay espacio en el Partido Republicano para el antisemitismo o la supremacía blanca, y cualquiera que se reúna con personas que defienden ese punto de vista es muy poco probable que sea elegido Presidente de Estados Unidos”, dijo McConnell, según el portal The Hill.
El ex Vicepresidente Mike Pence, quien se perfila para competir con quien fuera su jefe por la Casa Blanca en 2024, fue más claro en su condena.
“El Presidente Trump se equivocó al darle un asiento en la mesa a un nacionalista blanco, un antisemita y un negador del Holocausto. Debería disculparse por ello, y debería denunciar a esos individuos y su retórica de odio sin reservas”, indicó.
Algunos republicanos mantuvieron sus comentarios enfocados en Fuentes, o en el antisemitismo en general, evitando hablar directamente sobre Trump, en una señal de la continua influencia que el ex Mandatario.
El Gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, y el ex Gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, cada uno de los cuales se rumorea que busca una candidatura presidencial, fueron más directos en criticar al ex jefe de Estado, al calificar su reunión como “horrible e inaceptable”.
Mike Pompeo, quien se desempeñó como Secretario de Estado de Trump y de quien también se dice que está considerando postularse para la Casa Blanca, aseveró que el “antisemitismo es un cáncer”.
En tanto, para los aliados judíos de Trump, su cena con antisemitas es un punto de ruptura.
Algunos de los partidarios más acérrimos del ex Mandatario dicen que ya no pueden ignorar la complicidad en la intolerancia del líder nominal del Partido Republicano.
“Trump no es un antisemita. Él ama a Israel. Él ama a los judíos. Pero él incorpora, legitima el odio a los judíos y a los que odian a los judíos. Y esto me asusta”, subrayó Morton Klein, jefe de la Organización Sionista de América de derecha, refiriéndose a la supervivencia de sus padres en el Holocausto.
No todos los líderes republicanos se han pronunciado, pero los republicanos judíos se están alejando lentamente de un ex Presidente que, durante años, insistió en que no tenía vínculos con la extrema derecha intolerante, pero se negó a repudiarla.
Figuras y organizaciones judías que han apoyado a Trump, desde el grupo de Klein hasta el comentarista pro-Trump Ben Shapiro y su ex Embajador en Israel y ex abogado de bancarrotas, David M. Friedman, se han pronunciado desde la cena.
Demócratas, como el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, también han criticado la cena “repugnante” del ex Mandatario.
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