Por segundo día consecutivo, rescatistas con ayuda de perros trabajaban el domingo a contrarreloj levantando enormes cantidades de escombros en busca de sobrevivientes de la explosión en un lujoso hotel en la capital de Cuba, mientras que las autoridades elevaron el número de muertos a 30.
El Hotel Saratoga, de cinco estrellas y 96 habitaciones en La Habana Vieja, se preparaba para reabrir sus puertas tras dos años cerrado por la pandemia cuando una aparente fuga de gas provocó una enorme explosión el viernes.
“Estamos esperanzados en que se sepa algo de la madre de mi primo, que se llama María Consuelo Alard”, dijo el domingo por la mañana a The Associated Press, Ángela Acosta, una abogada de 44 años.
Alard vivía en el primer piso de un inmueble contiguo al Saratoga y pocos minutos después de los comentarios de su sobrina los bomberos sacaron a Sultán un labrador negro que era la mascota de esa casa
El estallido destruyó parcialmente el hotel y dañó varias estructuras cercanas, incluido una escuela primaria, el histórico Teatro Martí y una Iglesia Bautista, la sede para la denominación religiosa en el occidente de la isla.
La iglesia dijo en su cuenta de Facebook que su templo sufrió daños estructurales “significativos”, como varias paredes y columnas desplomadas o agrietadas, el techo parcialmente colapsado y cuantiosas pérdidas en el mobiliario, pero aseguró que ningún miembro de su personal resultó herido a pesar que a la hora del accidente había personas trabajando allí.
El Ministerio de Salud Pública de Cuba reportó que la cifra de fallecidos pasó de 27 —en la noche del sábado— a 30, en tanto que 84 personas sufrieron lesiones, de las cuales 24 seguían hospitalizadas.
En los horas previas fueron realizándose los entierros de los muertos, pero algunos cubanos como Acosta todavía esperaban noticias de amigos y familiares desaparecidos.
Al menos 19 personas fueron reclamadas como desaparecidas por sus familias desde que ocurrió el siniestro, informó la noche del sábado el gobernador de la capital, Reinaldo García Zapata.