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MADRID, ESPAÑA.- Al menos 17 personas han muerto durante las dos últimas semanas tras el aumento de las hostilidades en la comunidad de Uxiú, territorio de los indígenas yanomami en el norte de Brasil, donde hay una gran presencia de minería ilegal.
La última víctima, una mujer venezolana que tenía una relación con un buscador de oro de la región, ha sido localizada por agentes de seguridad cerca de un cráter donde otros ocho mineros ilegales fueron presuntamente asesinados hace unos días por indígenas, ha publicado este sábado el diario brasileño ‘O Globo’.
Este “clima hostil” en la comunidad de Uxiú se intensificó después de que un indígena que trabajaba como agente de salud en la región, Ilson Xirixanam, muriera tras un disparo en la cabeza en un tiroteo contra varios miembros de la comunidad. Después de este ataque, las autoridades encontraron los cuerpos de los ocho mineros ilegales, uno de ellos herido por flechas.
El pasado martes al menos cuatro mineros ilegales murieron a manos de la Policía de Brasil en un enfrentamiento registrado durante un operativo en estos territorios.
La minería ilegal ha vuelto a amenazar a la comunidad de los yanomami, que ya estuvieron a punto de “sucumbir” durante los años ochenta y noventa ante 40.000 mineros ilegales; las actuales violaciones de los derechos indígenas y los crímenes ambientales han llevado al Gobierno brasileño a declarar la Emergencia Sanitaria Pública en tierras yanomami.
Aunque ahora se estiman en 20.000 los mineros que actúan en la región según ‘O Globo’, y en la actualidad tienen una mayor capacidad de dañar a los indígenas debido a que sus equipos y armas son más destructivos.
Mientras que en el pasado la minería ilegal tenía un “aura artesanal”, ahora se han sumado “poderosos empresarios, narcotraficantes y políticos”, lo que vuelve a poner en “riesgo de exterminio” a esta etnia indígena, según declaraciones de la antropóloga Alcida Ramos recogidas por ‘O Globo’.
Los alimentos y el agua empiezan a escasear en la región debido a que los animales huyen de las máquinas y los ríos son contaminados por el mercurio utilizado para separar el oro y, según el Instituto Socioambiental brasileño (ISA), la minería ilegal ha contribuido a aumentar la desforestación de la reserva en un 309% entre octubre de 2018 y diciembre de 2022.
Según datos del Distrito Especial de Salud Indígena de Brasil, el aumento de la malaria y la minería están estrechamente relacionados; un estudio de la organización demuestra que en 2003, con baja actividad minera, hubo 246 casos de esta enfermedad, mientras que en 2021, con el repunte de la minería, se notificaron 21.883 casos de malaria.
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