Cuando el drama agrícola se vuelve viral (y no en el buen sentido)

Parece que el gusano barrenador —un bichito con más protagonismo que un influencer en temporada de festivales— acaba de poner en pausa el negocio ganadero entre México y Estados Unidos. Sí, como lo lees: 15 días sin exportaciones, porque aparentemente, este insecto tiene mejor estrategia de expansión que un meme en Twitter.

El secretario de Agricultura mexicano, Julio Berdegué, recibió la llamada incómoda de su homóloga estadounidense, Brooke Rollins, quien le soltó el clásico “necesitamos un tiempo” (traducción: “tu ganado no pasa ni en Uber”). La razón oficial: revisar la campaña contra el gusano, que suena a excusa de novio indeciso, pero aquí el que sufre es el bolsillo de los productores.

Lo que dijo Washington (con ese tono de “no es personal, es negocio”)

La USDA, en modo “copy-paste” diplomático, aseguró que esto no es un drama bilateral, sino protección animal. Rollins incluso tiró la frase: “No es política, es seguridad alimentaria”, lo que todos traducimos como “el gusano nos tiene más nerviosos que un vegano en un asado”. Eso sí, prometieron revisar datos en dos semanas, porque en la era de los algoritmos, hasta las plagas tienen métricas.

México, por su parte, ya había invertido 165 millones de pesos en combatir al GBG (sí, el gusano ya tiene acrónimo de estrella de pop). Y no es por presumir, pero hasta propusieron instalar una fábrica de moscas estériles en Chiapas —que suena a trama de Black Mirror, pero en versión agropecuaria—.

El lado B: lo que no te cuentan

Entre reuniones y aeronaves con trámites fast-track (porque hasta la burocracia se acelera cuando hay dinero de por medio), el verdadero cliffhanger aquí es si EU cumplirá los 15 días o extenderá el veto como Netflix con las segundas temporadas. Mientras, el ganado en espera será inspeccionado como si fuera celebridad en alfombra roja: examen veterinario incluido.

Lo irónico: hace días ambos países celebraban acuerdos como si fueran #CoupleGoals, incluyendo un grupo de trabajo semanal (aka “terapia de pareja agrícola”). Pero el gusano, como todo villano decente, arruinó el final feliz.

Moraleja: En el comercio internacional, hasta los insectos tienen poder de veto. Y a veces, 15 días son suficientes para que un bicho se convierta en el protagonista involuntario de una crisis.

¿Te quedaste con ganas de más caos agropecuario? Comparte esta nota y descubre cómo un gusano puede paralizar millones en negocios. #GusanosQueDanMásDramaQueTelenovela.

México y China: Un baile diplomático con sabor a cooperación (y tal vez un poco de arroz frito)

Parece que el canciller Juan Ramón De la Fuente se está preparando para su gran debut en Beijing, pero no, no es un concierto de K-pop. Se trata de la IV Reunión Ministerial del Foro China-CELAC, donde México intentará brillar más que un influencer en TikTok. El evento, que cumple 10 años (una década, o sea, casi un milenio en años geopolíticos), promete ser tan intenso como un grupo de WhatsApp familiar cuando alguien menciona política.

¿Quién más está en la fiesta? Spoiler: no faltan los pesos pesados

Además de nuestro querido canciller, la lista de invitados incluye a Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Gustavo Petro (Colombia) y Gabriel Boric (Chile), porque, claro, ¿qué sería un foro internacional sin estos protagonistas de la política latinoamericana? Casi 20 cancilleres más completan el elenco, porque en esta telenovela diplomática, cuantos más, mejor. Seguro habrá más fotos grupales que en una boda millennial.

Y ojo, porque no solo se trata de sonreír para las cámaras. En estos 10 años, el foro ha impulsado proyectos de cooperación en infraestructura, transporte, agricultura y hasta ciencia y tecnología. Básicamente, todo lo que necesitas para construir una civilización en Minecraft, pero en la vida real. Ah, y también salud y reducción de pobreza, porque no todo puede ser autopistas y drones.

Lo más jugoso: se renovará el Plan de Acción 2025-2027, que suena como esos propósitos de Año Nuevo que todos hacemos pero que a mitad de enero ya olvidamos. Eso sí, con la diferencia de que aquí hay millones de dólares en juego y no solo un gimnasio sin usar.

El plato fuerte: la reunión bilateral con China

Mientras el mundo debate si el pineapple pertenece a la pizza (no, por cierto), De la Fuente y el canciller chino Wang Yi tendrán su propio momento íntimo. ¿Hablarán de comercio? ¿Tecnología? ¿O de cuántos memes se necesitan para derretir el hielo diplomático? Lo cierto es que este cara a cara podría definir proyectos futuros, o al menos garantizar un par de fotos para el Instagram de la SRE.

Así que ya saben: mientras algunos planean qué ver en Netflix este fin de semana, otros están decidiendo el futuro de la cooperación birregional. Y tú, ¿prefieres el drama geopolítico o te quedas con el último capítulo de tu serie favorita?

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La justicia tarda, pero llega… o al menos eso dicen

En un giro digno de una telenovela judicial, la Fiscalía General de la República (FGR) finalmente decidió que Juan Miguel Román Balderas —un hombre cuyo nombre suena más a protagonista de novela romántica que a presunto homicida— debía enfrentar la música. ¿El crimen? Apuñalar a la madre de su hijo en 2014. ¿La sentencia? Una escapada de nueve años por tierras mexicanas antes de que alguien dijera: “Ah, sí, este tipo tiene una cita pendiente con la justicia”.

Detalles que hacen preguntarse: ¿en qué estaban pensando?

El susodicho fue detenido en Coatzacoalcos, Veracruz, en diciembre de 2023, lo que nos lleva a especular: ¿se escondía entre pescados y mariscos? ¿O simplemente asumió que nadie lo buscaría en un lugar cuyo nombre es más difícil de pronunciar que el suyo? Sea como fuere, las autoridades mexicanas, en un raro momento de eficiencia, lo entregaron a agentes estadounidenses en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Seguro con un “aquí lo tienen, feliz viaje” de cortesía.

Lo absurdo no termina ahí. El hombre era buscado por la Corte de Circuito del Condado Prince George, Maryland, un lugar donde, supuestamente, la justicia no se toma vacaciones de una década. ¿Por qué México tardó tanto en extraditarlo? ¿Falta de voluntad? ¿Burocracia? ¿O simplemente esperaban a que el caso cumpliera su décimo aniversario para darle un toque dramático?

Lo cierto es que, mientras el sistema judicial se rascaba la cabeza, la víctima —cuyo nombre ni siquiera se menciona en los comunicados— seguía siendo solo una estadística. Porque, claro, ¿para qué humanizar un crimen cuando podemos reducirlo a un trámite internacional?

Moraleja de la historia: Si cometes un crimen en Estados Unidos, escápate a México. Tendrás al menos nueve años para aprender a hacer tacos antes de que alguien se dé cuenta. (Nota: Esto es sarcasmo. Por favor, no lo intenten).

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