Silao Guanajuato.- Mañanas y noches frías, son las que pasa Ramón “N” (Nombre que se le dio a esta persona en esta historia), ante la llegada del invierno.
A falta de hogar cálido, una obra de concreto público, un quiosco, junto a la luna y estrellas son el testigo de cómo la noche junto al viento frío, hiela hasta el interior de Ramón, por las mañanas es lo mismo, las primeras horas son de los peores momentos para el hombre, pues ante el desprecio en las miradas de quienes comienzan a transitar a los alrededores del quiosco no hay más opción que esperar a que el sueño obligue a dormir.
Por la tarde, no queda de otra más que mendigar, tratar de conseguir algo para comer, ya sea dinero, o incluso algo de comida son más que bienvenidos, como nómada por las calles y avenidas de la ciudad, para poder saciar el hambre, a veces sin fortuna Ramón ve la tarde llegar, sabiendo que de nuevo la noche y el frío se avecinan, de nueva cuenta el quiosco se vuelve su hogar, esperando a que la noche no sea tan agresiva como otras, desde su “habitación” Ramón puede observar a parejas pasear, a niños jugar, y en un abrir y cerrar de ojos mientras el hombre recordaba su infancia de nuevo la oscuridad ha llegado.
Y así es como una sencilla rutina, lleva en su interior, el pesar de uno de tantas personas sin fortuna que hay por el mundo, en esta temporada de frío.