#Guanajuato •
Guanajuato.- Murió de cirrosis hepática, pero nunca bebió alcohol. Fue la hepatitis C, que padeció desde que era joven, la que se lo llevó. El que cantara “México lindo y querido, si muero lejos de ti”, regresó a su país: “que digan que estoy dormido y que me traigan aquí”.
Fue el 5 de diciembre de 1953 cuando Jorge Negrete, el charro cantor nacido en 30 de noviembre de 1911 en la ciudad de Guanajuato, el que conmocionaba a su tierra mexicana.
Militar e hijo de militar, estudiante de canto, tenor natural, optó por llevar su talento a la radio de un país que se adentraba en el Milagro Mexicano. Fue la figura del macho cantor, del que se creía que era de Jalisco, del que fue reclamado por Chihuahua como oriundo de ambos estados porque no era común que dijera haber nacido en esa tierra donde dejó su niñez.
Jorge Negrete era la voz ranchera de más impacto en el imaginario de un país que se urbanizaba, pero que seguía teniendo espíritu campirano.
El 18 de octubre de 1952, Jorge Negrete y la actriz María Félix unieron sus vidas en lo que hasta el hoy se conoce como “La boda del siglo”. Un evento que marcó la historia del cine mexicano pues se trató de la unión de dos de las figuras más populares de la época. Se casaron luego de trabajar juntos en películas como “El peñón de las ánimas” y habían tenido una relación muy ríspida, pero un día, tras limar asperezas sorprendieron a todos con el anuncio de que se habían enamorado y estaban comprometidos.
Hubo más de 500 asistentes, entre las personalidades existentes estuvieron Frida Kahlo, Octavio Paz, Dolores Olmedo, Julio Bracho, Fernando y Andrés Soler, Emilio ‘El Indio’ Fernández, Columba Domínguez, Queta Lavat y Diego Rivera, quien fue uno de los testigos.
En la invitación se pidió a las mujeres que usaran vestido y rebozo. Para los hombres era obligatorio el traje.
Pero el charro cantor tenía su felicidad con días contados.
A finales de noviembre de 1953, Jorge Negrete asistió a una pelea del boxeador mexicano Raúl Macías, cuando se le reventó una de las varices del esófago y estómago con vómito de sangre (hematemesis) y con la presión del hígado se le generó una hemorragia.
Fue trasladado al Hospital Lebanon Cedars, donde estuvo en coma durante varios días. El 5 de diciembre, Negrete falleció. Tenía sólo 42 años de edad. La hepatitis C lo convertía en el ídolo por siempre joven, como habría de pasar con Pedro Infante, que murió en 1957, a los 39 años de edad; otro grande de su tiempo, el también guanajuatense José Alfredo Jiménez, habría de morir hasta 1973, a los 47 años de edad.
Y que me traigan aquí
Los restos de Jorge Negrete llegaron al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México el 7 de diciembre. Lo recibieron unas 10 mil personas. Con él llegaba su amada María Félix, que fue al país vecino para acompañar el traslado del ídolo.
Una vez que se detuvo el avión y se abrió la puerta, surgió una María Félix afligida y con ropa negra para el luto.
El recorrido de la carroza con el ataúd fue sencillo, pero muy largo: la marcha debía pasar por las calles principales de la capital mexicana y después harían una parada en el teatro de la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
Por todas las calles había gente en las banquetas. Artistas y pueblo le rindieron tributo.
La “Doña” quebró en llanto mientras su hijo Enrique la consolaba. Otro guanajuatense Pedro Vargas, gran amigo de Negrete por tener la misma educación en ópera y por ser ambos tenores, estaba presente con su dolor.
Los hermanos Soler, quienes eran parte de una dinastía legendaria por su talento en actuación, también fueron solidarios y se quedaron al lado del ataúd. En otro rincón estaba Elsa Aguirre, una actriz de renombre que siempre llamó la atención por su belleza, pero que rechazó al propio Negrete.
Destacó la presencia de Pedro Infante, al que le adjudicaban rivalidad con Jorge Negrete, pero eran amigos. Ambos habían protagonizado juntos “Dos tipos de cuidado” en 1952 y ahí trabaron profunda amistad.
El sinaloense formó parte de la escolta de policías que acompañó el auto donde llevaban el cuerpo de Negrete. Tal era el aprecio de Pedro que incluso le cantó un corrido a Jorge, mismo que lo conmovió profundamente mientras se encontraba en España.
Mario Moreno “Cantinflas” se quedó en el funeral, al lado de su colega. Mucho se llegó a decir sobre si el cantante y el humorista no se llevaban bien; en especial luego de que tuvieran un pleito a causa de Leticia Palma, una actriz de la ANDA.
Poco después, con sombrero sobre el féretro, los voluntarios transportaron a Jorge al destino final: el panteón Jardín. La multitud todavía siguió al fallecido actor y a su viuda hasta que Negrete terminó de ser sepultado.
La leyenda
En 1953 nació la leyenda del charro cantor que representó al macho de gran voz, de tequila y bravuconería. Ese año comenzó la era del voto de la mujer en México, ese año murió también Ignacio Jiménez Sandoval y su deceso haría que su hermano José Alfredo compusiera “Camino de Guanajuato”.
Acá, en Silao y Guanajuato, se escucha a Emilio Gálvez cantar “Mi Glorioso Guanajuato”:
Dime por qué es tanto brete,
si mi tierra todo tiene:
un Cristo en el Cubilete
y un laurel sobre sus sienes;
y del glorioso Negrete
a José Alfredo Jiménez”.
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