Hautacam, Francia
A menos que se produzca un accidente, es probable que Jonas Vingegaard vista el maillot amarillo cuando finalice el Tour de Francia en París el domingo.
Vingegaard respondió a una serie de ataques del campeón defensor Tadej Pogacar el jueves y finalmente se sacudió a su principal rival en la última gran etapa de montaña de la carrera de este año para aumentar su ventaja en la tabla general a tres minutos y 26 segundos.
Con solo una prueba importante restante, una contrarreloj de 41 kilómetros (25,5 millas) programada para el sábado, el danés y líder de Jumbo-Visma parece tener prácticamente seguro su primer título del Tour después de llegar al complejo de Hautacam por su propia cuenta.
“Es increíble. Esta mañana le dije a mi novia y a mi hija que quería conquistar el escenario por ellas. Me siento feliz y orgulloso de haber ganado por ellas”, dijo Vingegaard. “Necesito mantenerme enfocado y seguir tomándolo día a día. No quiero hablar de ganar el Tour todavía. Hablemos de eso en dos días”.
Pogacar, el bicampeón defensor, corrió todos los riesgos y se estrelló cuesta abajo cuando intentaba incesantemente de aislar a Vingegaard. De vuelta en su bicicleta, Pogacar se venció a unos cuatro kilómetros de la meta en el ascenso final, con sus esperanzas de ganar un tercer título consecutivo prácticamente frustradas.
“Arriesgué todo por el maillot amarillo”, indicó Pogacar. “No me rendí, superé mis límites y estoy orgulloso de hoy. Hoy ganó el mejor”.
Vingegaard luego corrió en solitario para adjudicarse su segunda victoria del Tour, luego de conquistar el Col du Granon la semana pasada en los Alpes, el día que tomó el control de la carrera. Pogacar cruzó la meta más de un minuto detrás del danés.
El colombiano Nairo Quintana retrocedió un puesto en la general, quinto, a 13:35 del líder.
La última gran etapa de montaña de la carrera de este año tuvo un comienzo emocionante con una serie de ataques fuera de la ciudad de Lourdes.
El equipo Jumbo-Visma de Vingegaard consiguió añadir en la escapada del día al potente y polifacético Wout van Aert. Al enviar al versátil belga al frente, el poderoso equipo holandés se aseguró de que estuviera disponible más adelante en la etapa para marcar el ritmo a Vingegaard.
Y de hecho fue Van Aert quien hizo a Pogacar perder el control con su ritmo frenético en el último ascenso. Van Aert completó el podio.