El ‘Vasco’ Aguirre tiene la fe (y el puesto) asegurados, según el jefe

Imaginen esta escena: la Selección Mexicana navega en el proceloso mar del futbol rumbo al Mundial 2026, pero en lugar de un barco de guerra, parece uno de esos yates con una fiesta que se alarga demasiado. Y al timón, con una calma que o es envidiable o es preocupante, está Javier ‘El Vasco’ Aguirre. Mientras nosotros, los mortales con el hígado en la mano, vemos los partidos de preparación y nos entran sudores fríos, en las altas esferas de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) la vibra es totalmente diferente. Su mantra parece ser: “Keep calm and trust the process”, pero en versión telenovela de las nueve.

La situación es tan surreal que da para un meme: el Tri está automáticamente clasificado por ser anfitrión, un privilegio que en la teoría suena a cheat code de videojuego, pero que en la práctica se ha convertido en un larguísimo y tortuoso preámbulo. Los partidos amistosos, que deberían ser como esos tráilers que te hypeman, han dejado más dudas que certezas, como si en lugar del avance nos mostraran las escenas borrosas. Y en medio de este cóctel de ansiedad colectiva, Mikel Arriola, el comisionado de la FMF, salió al quite con una declaración de apoyo que fue más contundente que un golpe en una mesa de jenga.

El respaldo definitivo: cuando el jefe te da like a todo

Ante la pregunta de si Javier Aguirre seguía siendo el hombre para el proyecto, la respuesta de Arriola no fue un “sí” cualquiera. Fue un “Absolutamente. Sin ninguna duda“, un nivel de seguridad que la mayoría de nosotros no tenemos ni al elegir qué poner en Netflix un viernes por la noche. Según el comisionado, Aguirre es “el hombre indicado, el líder de un plan”. O sea, no solo no corre peligro, sino que tiene el respaldo total para encarar la Copa del Mundo 2026. Es el equivalente futbolístico a que tu jefe te dé un bono y unas vacaciones en plena temporada de recortes.

Pero, ojo, que no se nos pase el detalle clave en este speech motivacional: Arriola sacó a relucir el título de la Nations League como el trofeo de consolación que, según él, valida todo el proceso. “Javier lo que ya le aportó al país fue el título de la Nations League que no se había obtenido”, aseveró. Un logro, sin duda, pero que en el gran esquema del futbol mexicano y su obsesión por el quinto partido en un Mundial, suena un poco a ganar una pelea de entrenamiento cuando lo que importa es el campeonato mundial. Pero hey, es algo, ¿no?

Y luego vino la parte más filosófica, la de los “intangibles“. Arriola argumentó que Aguirre y su cuerpo técnico han generado un “querer estar en la selección” entre los jugadores. Según esta lógica, los desajustes en la cancha no son por falta de calidad o un sistema cuestionable, sino porque los jugadores están tan emocionados y tienen tantas ganas de gustarle al técnico que se pasan de rosca. Es como cuando te enamoras y en la primera cita derramas el vino sobre la mesa. Las intenciones son buenas, pero el resultado es un desastre. “Hoy los jugadores están convencidos de que quieren jugar su Mundial en su país y que tienen que competir por el puesto”, declaró. O sea, el ambiente en el vestuario es tan bueno que casi, casi, los malos resultados son una consecuencia colateral de tanta buena vibra.

Tercera vez’s the charm: La apuesta histórica de Aguirre

Con este respaldo inquebrantable, todo apunta a que el combinado mexicano afrontará el mayor evento futbolístico del planeta bajo las órdenes del Vasco por tercera vez en su historia. Una hazaña que pocos técnicos pueden presumir, y que convierte a Aguirre en una especie de personaje recurrente de nuestra saga favorita, como ese familiar que siempre aparece en los eventos importantes, para bien o para mal.

La narrativa oficial es que esto es parte de un “plan”, un “programa” bien diseñado. Suena bonito, ¿verdad? Como esos tutoriales de “cambia tu vida en cinco pasos”. La realidad es que la afición, con su paciencia característica (léase: nula), está mirando el calendario y viendo cómo se acerca la fecha del torneo con la misma mezcla de esperanza y pánico con la que revisas tu cuenta bancaria después de un fin de semana largo. La presión no es ganar unos cuantos partidos; es rendir en el escenario más grande, en casa, con toda una nación esperando que, por fin, se rompa el maleficio del quinto partido y se llegue a instancias históricas.

Mientras tanto, la FMF y Arriola han decidido poner todas sus fichas en la experiencia y el liderazgo de Aguirre. Es una apuesta alta, una que huele a “o nos hacemos héroes o nos hundimos con el barco”. Esperemos que, para el bien de nuestros nervios y nuestra salud cardíaca colectiva, este proyecto no sea como esa serie que prometía mucho en la primera temporada pero que en la tercera ya no sabes ni por qué sigues viéndola. El mundo, literalmente, los está mirando.

¿Crees que este respaldo es la jugada maestra o un error histórico? Comparte tu opinión, porque este debate está más caliente que un partido a mediodía en el Azteca. Y si quieres seguir al tanto de todo el drama, los análisis y las peripecias del Tri rumbo al Mundial, explora más contenido relacionado en nuestras redes. ¡No te quedes fuera de la conversación!