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La primera vez que escribí sobre Madero, fue porque el historiador Arturo Berrueto me invito a presentar mi ponencia en el colegio civil de Monterrey, en el año 2012. Desde entonces devoro todo lo de Madero y la Revolución mexicana. Por eso, cuando leí la afirmación del historiador Felipe Ávila sobre que el Estado mexicano posrevolucionario debe más a Obregón que a Madero, Carranza, Villa o Zapata, no pude evitar sentir una mezcla de sorpresa y desacuerdo. ¿Cómo se puede minimizar el papel de un héroe como Madero, que luchó por la democracia y la libertad de su pueblo?
Para explicar mi opinión, me gustaría recomendarles una obra que me ha impactado y tiene mucho que ver con la historia de México. Se trata de Los de abajo, de Mariano Azuela. Es una novela que nos cuenta la historia de un grupo de campesinos que se unen a la Revolución Mexicana, liderados por Demetrio Macías. La novela nos muestra las ilusiones, las luchas, las traiciones y las decepciones de los revolucionarios.
La novela es una obra maestra que nos habla de temas como la injusticia, la violencia, la corrupción y el poder. El estilo es realista y crítico, con diálogos ágiles y escenas impactantes. Azuela nos muestra su visión de la Revolución Mexicana, de la cual fue testigo y participante. La novela es un reflejo de la realidad social y política de México.
Pero también me gustaría hablarles de Francisco I. Madero, un héroe mexicano de la Revolución, que luchó por el fin de la dictadura de Porfirio Díaz y por el establecimiento de una democracia constitucional. Su personalidad era pacífica y humana. Su idealismo lo llevó a enfrentarse a las fuerzas reaccionarias que lo traicionaron y lo asesinaron. Su legado fue inspirar a millones de mexicanos a seguir luchando por sus derechos y su libertad.
El apóstol de la democracia fue el líder del movimiento antirreeleccionista, el presidente legítimo de la Revolución mexicana. Su ideario era un México unido, libre y justo. Un México muy diferente al actual, donde hay violencia, discursos de odio, inflación y olvido del presidente sobre el norte mexicano. En conclusión, Madero fue un héroe de la Revolución Mexicana, que luchó por la democracia y la libertad de su pueblo. Su ideario era un México unido, libre, justo y progresista. Un ideario que se refleja en la novela Los de abajo, de Mariano Azuela, que nos muestra la realidad social y política de México.
Sin embargo, el actual presidente y el candidato a gobernador del partido del trabajo no parecen seguir los principios de Madero. El presidente ha descuidado al norte mexicano y el candidato no conoce ni representa a los coahuilenses. Ambos han usado el sofismo como argumento para engañar y confundir a la gente. Por eso, me pregunto: ¿Qué tienen en común los revolucionarios de Los de abajo con los coahuilenses de hoy? ¿Qué podemos hacer para honrar la memoria de Madero y defender nuestros derechos y conservar nuestra seguridad? ¿Y tú qué crees?
