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El Ojo del Sáhara, también conocido como la Estructura Richat, es una gran formación geológica circular en pleno desierto, ya en Mauritania, pero no muy lejos de las islas Canarias. Tiene nada menos que 50 kilómetros de diámetro y se cree que se formó por la erosión y el levantamiento del terreno, que dio lugar a una especie de cúpula posteriormente erosionada.
Aunque a primera vista parece un cráter de impacto (es decir, causado por el choque de un meteorito contra el suelo), es más bien un ejemplo de una estructura geológica llamada anticlinal simétrico, un tipo de pliegue en las capas de roca que quedó al descubierto por procesos geológicos y erosión.
Se trata de una de las formaciones geológicas más increíbles del planeta. En este enlace de Google Earth puede contemplarse en toda su magnitud.
Desde luego es un paraje espectacular para ser contemplado sobre el terreno y también a vista de pájaro, pero también ha sido estudiado concienzudamente por los geólogos para comprender con exactitud cómo se originó este fenómeno.
El Ojo del Sáhara se halla situado en un área bastante remota y apartada de este desierto, poco frecuentada por los científicos. Es por eso que esta formación no recibió mucha atención hasta que algunos astronautas, que la observaron desde el espacio (donde se aprecia mejor su configuración) llamaron la atención sobre su existencia, a partir de lo cual se convirtió en una de las curiosidades naturales más famosas del planeta.
¿Cómo se formó?
Es probable que la estructura se haya formado a través de un proceso llamado «plegamiento», creando lo que se llama un anticlinal simétrico. El plegamiento ocurre cuando las fuerzas tectónicas que actúan desde cualquier lado aprietan la roca sedimentaria: si la roca está fría y quebradiza, puede fracturarse, pero si está lo suficientemente caliente, se convertirá en un pliegue. Los pliegues que se forman hacia arriba se denominan anticlinales, mientras que los pliegues hacia abajo se denominan sinclinales.
Sin embargo, en un artículo de 2014 publicado en el Journal of African Earth Sciences, los investigadores propusieron una explicación de formación completamente diferente para el Ojo del Sáhara. Los autores creen que la presencia de roca volcánica es una evidencia de que la roca fundida fue empujada hacia la superficie, causando su forma de cúpula, antes de erosionarse para formar los anillos que vemos hoy. El artículo proponía que la separación del supercontinente Pangea podría haber influido en estas formaciones volcánicas y cambios tectónicos.
La estructura está formada por una mezcla de roca sedimentaria e ígnea. La erosión a lo largo de la superficie de la estructura revela riolita de grano fino y rocas gabro cristalinas gruesas que han sufrido alteración hidrotermal. Los tipos de rocas que se encuentran en los anillos se erosionan a diferentes velocidades, creando diferentes patrones de colores en la superficie. Grandes fragmentos de roca sedimentaria en ángulo agudo, llamados megabrechas, se suman a las coloridas irregularidades arremolinadas que componen la formación.
El Ojo del Sahara fue seleccionado como uno de los primeros 100 sitios del patrimonio geológico identificado por la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS).
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