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La versión gratuita que estás probando de ChatGPT parece que no tiene un sentido del humor muy amplio.
Seguro que ya has probado la inteligencia artificial de ChatGPT, sea a través del ordenador o en la aplicación oficial que ya tienes disponible en dispositivos móviles, y has estado recibiendo distinta información con respuestas más o menos elaboradas.
Pero si quisiste pasar un buen rato, seguramente alguna vez hayas pedido a ChatGPT que te cuente un chiste, con resultados bastante dispares y que te han llegado a preguntarte si realmente el chatbot entiende el humor.
Ahora, un equipo de investigadores ha examinado la capacidad de ChatGPT, en concreto en la versión 3.5, para comprender y generar humor, y parece que nuestro chatbot favorito no es muy creativo al respecto.
Los investigadores del Instituto de Tecnología de Software, el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) y la Universidad Técnica de Darmstadt, exploraron los matices de humor que se encuentran en la versión 3.5 de ChatGPT, a través de una serie de experimentos centrados en la generación y explicación de los chistes.
Y parece que esta versión no tiene un sentido del humor muy amplio, porque durante su prueba, básicamente estuvo contando los mismos 25 chistes de siempre, con pequeñas variaciones.
“Para probar cuán rica es la variedad de chistes de ChatGPT, le pedimos que cuente un chiste mil veces. Todas las respuestas fueron gramaticalmente correctas. Casi todas las salidas contenían exactamente un chiste. Solo el mensaje, ‘¿Conoces algún buen chiste?’ provocó múltiples bromas, lo que llevó a 1,008 bromas respondidas en total. Además de eso, la variación de las indicaciones tuvo un efecto notable”, escriben.
Y es que solo una pequeña cantidad de las respuestas generadas fueron únicas, y la mayoría fueron mezcladas con distintos elementos de varios chistes que ya había dicho anteriormente, e incluso muchas de las creaciones originales del chatbot no tenían siempre sentido.
Poca variedad de chistes pero cierta comprensión de los mismos
Por otra parte cuando se le pidió que explicara cada uno de los 25 chistes más frecuentes, dio explicaciones válidas lo que denota tener cierta comprensión de los elementos estilísticos y los juegos de palabras.
Sin embargo, sostiene que tuvo problemas con las secuencias que no encajaban en los patrones aprendidos y hasta se llegó a inventar explicaciones ficticias.
Los investigadores descubrieron que los chistes de ChatGPT estaban influenciados por características superficiales de los chistes como la estructura y la presencia de juegos de palabras lo que demuestra cierta comprensión de los elementos de humor.
Por otra parte, concluyeron que “las observaciones de este estudio ilustran como ChatGPT ha aprendido de un patrón de broma específico, en lugar de ser realmente divertido”.
computerhoy.com