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El cerebro tiene una estructura anatómica, una membrana hasta ahora desconocida, que actuaría como barrera protectora y como plataforma desde la que las células inmunitarias lo vigilan en busca de infecciones e inflamaciones.
Un estudio que publica Science, firmado por científicos daneses y estadounidenses, describe la función de esta nueva capa, llamada SLYM, principalmente en ratones, aunque también informa de su presencia real en el cerebro humano adulto.
Esta nueva estructura anatómica, que segrega y ayuda a controlar el flujo del líquido cefalorraquídeo (LCR) en el cerebro y alrededor de él, «nos proporciona una apreciación mucho mayor del sofisticado papel que desempeña el LCR no sólo en el transporte y la eliminación de residuos del cerebro, sino también en el apoyo a sus defensas inmunitarias».
Así lo indica una de las firmantes de la investigación Maiken Nedegaard, de las universidades de Copenhaguen y de Rochester (EE.UU.)
El estudio se centra en lo que se llama la capa meníngena, que son las membranas que recubren el cerebro (la duramadre, la aracnoides y la piamadre) que crean una barrera con el resto del cuerpo y lo mantienen bañado en LCR.
La nueva capa descubierta ha sido bautizada como membrana subaracnoidea de tipo linfático (SLYM) y divide el espacio situado bajo la aracnoides, el espacio subaracnoideo, en dos compartimentos
La SLYM es un tipo de membrana llamada mesotelio, que se sabe que recubre otros órganos del cuerpo, incluidos los pulmones y el corazón, para protegerlos a la vez que albergan células inmunitarias.
La idea de que pudiera existir una membrana similar en el sistema nervioso central fue una cuestión planteada por el coordinador de estudio, Kjeld Møllgård, de la Universidad de Copenhague.
La nueva membrana es «muy fina y delicada, y consta de una o unas pocas células de grosor», pero constituye una barrera hermética que solo permite el tránsito de moléculas muy pequeñas; parece separar el LCR «limpio» del «sucio», explica la Universidad de Rochester.
La capa SLYM podría desempeñar un papel en el sistema glinfático, que requiere un flujo e intercambio controlados de LCR, lo que permite la entrada de LCR limpio al tiempo que expulsa del sistema nervioso central las proteínas tóxicas asociadas a enfermedades neurológicas como el alzhéimer.
La SLYM también «parece importante» para las defensas del cerebro, que son exclusivas de este órgano y esta membrana ahora descubierta impediría la entrada de otras del resto del cuerpo.
Además, «parece albergar su propia población de células inmunitarias del sistema nervioso central que utilizan a la SLYM para la vigilancia en la superficie del cerebro, lo que les permite escanear el LCR que pasa en busca de signos de infección», agrega la universidad.
El descubrimiento de esta nueva estructura en la anatomía del cerebro abre la puerta a nuevos estudios sobre su papel en las enfermedades cerebrales, pues los investigadores han observado que en la membrana se congregan concentraciones mayores y más diversas de células inmunitarias durante la inflamación y el envejecimiento.
Estas y otras observaciones sugieren que enfermedades como la esclerosis múltiple, las infecciones del sistema nervioso central y el alzhéimer podrían desencadenarse o empeorar por anomalías en la función de la SLYM.
También sugieren según la Universidad que la función de esta capa puede afectar a la administración de fármacos y terapias génicas en el cerebro, lo que habrá que tener en cuenta a la hora de desarrollar nuevas generaciones de terapias biológicas.
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