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Un equipo de investigadores ha descubierto que la composición de las bacterias del suelo puede indicar si hay diamantes en el subsuelo, incluso si estos se encuentran a decenas de metros de profundidad. Este hallazgo podría facilitar la búsqueda de yacimientos de diamantes y otros recursos minerales, especialmente en la región ártica.
Los diamantes son cristales de carbono que se forman por la presión y el calor en el manto superior de la Tierra, a unos 150-500 kilómetros de profundidad.
Estos diamantes llegan a la superficie a través de antiguos volcanes que expulsan la roca madre de los diamantes, la kimberlita.
Sin embargo, muchas veces estos depósitos de kimberlita rica en diamantes quedan ocultos bajo una gruesa capa de sedimentos, lo que dificulta su detección.
Hasta ahora, los geólogos buscaban estos depósitos mediante perforaciones y análisis sísmicos y geoquímicos. Pero estos métodos son costosos, invasivos y poco precisos. Por eso, los científicos han buscado una alternativa más sencilla y eficaz: los microbios del suelo.
Microbios del suelo
Los microbios del suelo son organismos muy sensibles a los cambios geoquímicos de su entorno. Interactúan con los minerales a escala nanométrica y microscópica, y estas interacciones generan características distintivas de la biosfera microbiana.
Los investigadores se preguntaron si las rocas del subsuelo podían influir en la composición de las bacterias del suelo, y si esta podía servir como indicador de la presencia de kimberlita.
Para comprobarlo, realizaron estudios del ADN microbiano en la superficie del suelo de la tundra ártica con y sin la adición de pequeñas cantidades de kimberlita molida.
La tundra ártica es una región donde se sabe que hay depósitos de kimberlita, pero que son difíciles de localizar debido al permafrost y a la escasa vegetación.
Los resultados mostraron que la presencia de kimberlita alteraba significativamente la composición de las bacterias del suelo.
Algunas especies aumentaban su abundancia, mientras que otras disminuían. Los investigadores identificaron 65 especies bacterianas que se asociaban positivamente con la kimberlita, y 310 que se asociaban negativamente.
Marcadores biológicos
Estas especies podrían servir como marcadores biológicos para detectar la presencia de kimberlita en el subsuelo, incluso si esta se encuentra a decenas de metros de profundidad.
Los investigadores comprobaron esta hipótesis en el campo, analizando muestras de suelo de varias zonas de Canadá donde se sabe que hay kimberlita. Los análisis confirmaron que la composición de las bacterias del suelo reflejaba la presencia o ausencia de kimberlita con una precisión del 95%.
Este hallazgo abre la posibilidad de utilizar los microbios del suelo como una herramienta rápida, barata y ecológica para explorar yacimientos de diamantes y otros recursos minerales que impulsen la economía verde, especialmente en la región ártica, donde el cambio climático está provocando el deshielo del permafrost y la exposición de nuevas áreas de suelo.
El estudio, publicado en la revista Nature Communications, ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, Canadá, en colaboración con otras instituciones de Canadá, Estados Unidos y Australia.
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