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El Giant Meter Wave Radio Telescope (GMRT) de la India ha logrado detectar una señal de radio de hace 8.8 mil millones de años.
Esta señal de hidrógeno rompe el récord anterior de distancia y podría otorgar nueva información sobre los orígenes del universo, el cual se estima que tiene 13.8 mil millones de años.
Un récord de la ciencia
El hidrógeno es un componente clave del cosmos. Ya sea reducido a su núcleo cargado o apilado en una molécula, la naturaleza de su presencia puede decirle mucho sobre las características del universo en la mayor de las escalas.
“Una galaxia emite diferentes tipos de señales de radio”, dice el cosmólogo Arnab Chakraborty, de la Universidad McGill en Canadá. «Hasta ahora, solo ha sido posible capturar esta señal particular de una galaxia cercana, lo que limita nuestro conocimiento a aquellas galaxias más cercanas a la Tierra».
En este caso, la señal de radio emitida por el hidrógeno atómico es una onda de luz con una longitud de 21 centímetros. Las ondas largas no son muy energéticas, ni la luz es intensa, lo que dificulta su detección a distancia; el tiempo récord anterior se situó en apenas 4.400 millones de años.
Debido a la gran distancia que recorrió antes de ser interceptada por el GMRT, la línea de emisión de 21 centímetros se estiró al expandir el espacio a 48 centímetros, un fenómeno descrito como el desplazamiento hacia el rojo de la luz.
“En este caso específico, la señal se desvía por la presencia de otro cuerpo masivo, otra galaxia, entre el objetivo y el observador”, dice el astrofísico Nirupam Roy, del Instituto Indio de Ciencias. «Esto resulta efectivamente en la ampliación de la señal por un factor de 30, lo que permite que el telescopio la capte».
Nuevas miradas
Los resultados de este estudio darán a los astrónomos la esperanza de poder realizar otras observaciones similares en un futuro próximo: las distancias y los tiempos retrospectivos que antes estaban fuera de los límites ahora están dentro de lo razonable. Si las estrellas se alinean, eso es.
El hidrógeno atómico se forma cuando el gas ionizado caliente de los alrededores de una galaxia comienza a caer sobre ella, enfriándose en el camino. Eventualmente, se convierte en hidrógeno molecular y luego en estrellas.
Ser capaz de mirar hacia atrás en el tiempo puede enseñarnos más sobre cómo se formó nuestra propia galaxia en el principio, así como guiar a los astrónomos hacia una mejor comprensión de cómo se comportó el universo cuando recién comenzaba.
rpp.pe