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Ciencia y Tecnología

Astrónomos descubren un nuevo tipo de estrella

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De acuerdo con una investigación recientemente publicada en la revista ´Science´, una estrella denominada HD 45166 a 3,000 años luz, que se ha estudiado desde hace 100 años, podría estar detrás del origen de algunos magnetares

Quizá entre los objetos más fascinantes del universo conocido se encuentren aquellos que poseen un campo magnético muy poderoso. Tal es el caso de las estrellas de neutrones, las cuales son el resultado de la explosión de astros extremadamente masivos que, luego de agotar todo el combustible de su núcleo, y de colapsar gravitacionalmente, explotan en forma de supernovas.

Sin embargo, existen algunas estrellas de neutrones que -por alguna razón aún no muy clara- tienen campos magnéticos extremadamente poderosos y rotan de forma más lenta, por lo que los astrónomos han llegado a denominarlas magnetares. Estos últimos son los objetos con los campos magnéticos más potentes del universo.

Pero ¿todos los magnetares existentes estarían relacionados con la presencia de estrellas neutrones?

Todo parece indicar que sí, aunque, como lo ha anunciado el pasado 17 de agosto un equipo de investigadores en la revista Science –encabezados por el astrónomo Tomer Shenar de la Universidad de Ámsterdam, Holanda- un objeto cósmico podría arrojar luz sobre otro posible origen de los magnetares.

El objeto en cuestión -el cual es una estrella que se encuentra a 3,000 años luz y que lleva por nombre HD 45166– se le ha estudiado desde hace 100 años. Sin embargo, es hasta ahora, gracias a las avanzadas técnicas de observación, que se le ha podido examinar con mayor detalle y precisión.

A HD 45166 se le relaciona con las llamadas estrellas Wolf-Rayet, las cuales fueron descubiertas por un par de astrónomos franceses, Charles Wolf y Georges Rayet, en 1867.

Este tipo de astros, 20 o 30 veces más masivas que el Sol, tienen la peculiaridad de que dejan al descubierto el helio que llevan en su núcleo debido a que se deshacen de sus capas exteriores de hidrógeno a través de violentas explosiones. Por esta razón, también se les conoce como “estrellas de helio” y, una vez que las Wolf-Rayet agotan su combustible, acaban convirtiéndose en estrellas de neutrones.

Sin embargo, lo que trae un poco confundidos a los científicos es que HD 45166 posee un campo magnético atípicamente poderoso, es decir, es tan fuerte que ninguna otra estrella con su misma masa y tamaño lo tiene. De hecho, los astrónomos que han presentado la investigación han llegado a afirmar que “ésta nunca se ha parecido a ninguna otra estrella Wolf-Rayet que hayamos visto”. Aunque quizá lo atípico de esta estrella consista en que está por convertirse en un magnetar.

Y, si termina su vida como magnetar, que es lo más probable, colapsará bajo los efectos de su propia gravedad y su campo magnético se fortalecerá convirtiéndose finalmente en un objeto con un núcleo muy compacto.

En definitiva, y a la luz de esta nueva investigación, todo parece indicar que algunos magnetares provienen de estrellas tipo Wolf-Rayet. Pero, evidentemente, para terminar de corroborarlo, los científicos deberán de estudiar más estrellas de este tipo que posean un comportamiento inusual como HD 45166. Por lo que el reto consistirá en descubrir más estrellas Wolf-Rayet con comportamientos diferentes a la regla.

Ahora bien: los magnetares, y algunas estrellas Wolf-Rayet como HD45166 ¿podrían estar detrás de los extraños pulsos de radio que los astrónomos suelen detectar a través de radiotelescopios y que muchas personas ajenas al mundo de la ciencia se los atribuyen, erróneamente, a mensajes enviados por seres extraterrestres?

Estas señales de radio -a las que los astrónomos denominan Ráfagas de radio rápida (FRB, por sus siglas en inglés) y que fueron por primera vez identificadas en 2001- generan tanta energía en cuestión de milésimas de segundo como lo hace el Sol en un año. Además, debido a su fugacidad, los investigadores tienen dificultades para rastrearlas y saber exactamente de dónde provienen. De lo que sí tienen absoluta certeza es que son periódicas y siguen un patrón determinado.

Su origen se les atribuye a los pulsares: estrellas de neutrones que no solo giran muy rápidamente, sino que además poseen una gran cantidad de magnetismo en sus polos.

Este magnetismo produce, por sí mismo, ondas electromagnéticas las cuales salen expelidas de la superficie de la estrella de neutrones hacia el espacio a la velocidad de la luz. Por lo tanto, cuando los astrónomos detectan FRB, en realidad están observando un fenómeno que sucedió hace cientos, miles o inclusive millones de años.

No obstante, otro posible origen de las FRB podría encontrarse en los campos magnéticos producidos por los magnetares. Por lo tanto, es probable que estrellas como HD 45166 puedan ser capaces de generar Ráfagas de radio rápida en la medida en que vayan evolucionando.

Dado que HD 45166 se encuentra a tan solo 3,000 años de la Tierra, es posible que, si llega a producir FRB en algún momento, representará un gran hallazgo. Al menos podría terminar con las especulaciones en torno al origen de estas señales.

Por lo pronto, tendremos que esperar a que futuras observaciones confirmen o no si en el universo existen más estrellas con un comportamiento inusual como HD 45166. De confirmarse, que es lo más probable, entonces seguramente a los astrónomos les tocará descifrar y comprender cómo y por qué se produce dicho comportamiento. Algo que podría tardar años en conseguirse.

aristeguinoticias.com

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