El Reino alauí acogerá el próximo miércoles 11 de mayo la cumbre ministerial de la Coalición Global contra el Daesh, un frente común creado en 2014 como consecuencia del surgimiento del grupo yihadista en Irak y Siria, para evaluar la evolución de la amenaza terrorista en el Magreb, Oriente Medio y Afganistán, áreas que se han vuelto a ver afectadas por este fenómeno en los últimos meses.
Marrakech albergará un encuentro organizado por Marruecos y Estados Unidos en el que se espera la presencia de los ministros de Exteriores de los 84 Estados miembros que integran la coalición, donde se encuentran países como España, Italia, Egipto, Irak o Turquía. El jefe de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita, presidirá una cita a la que no podrá asistir el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, tras dar positivo en COVID-19. En su lugar acudirá la subsecretaria para Asuntos Políticos del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
Será, además, la segunda visita que realice el ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, a Marruecos desde que Madrid y Rabat pusieran fin a la dilatada crisis diplomática con el encuentro en abril entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey Mohamed VI. Hasta el momento, sin embargo, aún no se ha confirmado si Albares mantendrá un encuentro bilateral con su homólogo marroquí en el marco de la cumbre.
Está prevista la celebración de tres sesiones, enfocadas en las regiones de África, Siria e Irak, y Afganistán. Una nota publicada por el Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí añade que los ministros de la coalición “revisarán las acciones de estabilización en las zonas previamente afectadas por Daesh, en el ámbito de la comunicación estratégica contra la propaganda de radicalización del grupo terrorista y sus afiliados, y la lucha contra los combatientes terroristas extranjeros”.
La coalición anunció hace unos meses la creación del ‘Africa Focus Group’, un espacio de reflexión para combatir la emergente amenaza terrorista en el continente, concentrada en el Cuerno de África, el Sahel y el Norte de África, una zona donde Marruecos ejerce un rol clave. “Como país anfitrión de esta reunión, y en calidad de copresidente del Grupo Focal de África, esta reunión confirma el papel de liderazgo de Marruecos a nivel regional e internacional en la lucha contra el terrorismo y el apoyo a la paz, la seguridad y la estabilidad en África”, traslada en este sentido el comunicado emitido por el Ejecutivo marroquí.
La cumbre de la Coalición Global contra el Daesh se produce en un momento crítico, marcado por la sonada reaparición del grupo yihadista en las regiones donde surgió hace ocho años y, sobre todo, por su creciente presencia en el Sahel y el resto del África occidental. En marzo de 2022, el continente africano sufrió más de 100 atentados terroristas, una gran mayoría perpetrados por Daesh y sus filiales regionales, que provocaron la muerte de unas 600 personas, entre ellos militares y civiles, según el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET).
La muerte el sábado de 11 soldados egipcios en un ataque en Bear al Abd, al norte de la península del Sinaí, fue la última muestra del expansionismo del grupo yihadista hacia África. Porque Daesh nunca desapareció del todo. A raíz de la muerte de su líder, Abu Bakr al-Baghdadi, a manos de Estados Unidos en 2019, el grupo volvió a cometer atentados en sus bastiones tradicionales de Irak y Siria, al tiempo que sus afiliados preparaban ofensivas desde África hasta Afganistán.
La reciente muerte del sucesor de al-Baghdadi, Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi, en otra operación desplegada por Estados Unidos en la provincia siria de Idlib, y su relevo al frente del grupo yihadista, será otro de los puntos a tratar en la cita ministerial de Marrakech. Aunque la mirada también estará puesta en Afganistán, donde la situación en materia de seguridad ha empeorado de forma ostensible tras la abrupta retirada de las fuerzas occidentales lideradas por Washington.
La milicia afiliada al Daesh en el país, el denominado Estado Islámico de Jorasán (ISIS-K), representa una amenaza regional emergente a pesar de su profunda rivalidad con los talibán y Al Qaeda. Sus metas, sin embargo, son compartidas, y pasan por el establecimiento de un califato islámico. Además, el tamaño del grupo yihadista se ha duplicado desde agosto y cuenta ya con algo más de 4.000 integrantes.
El desafío para la coalición es mayúsculo, pero esta también viene sumando efectivos en los últimos años. En 2021, República Centroafricana, Congo, Mauritania y el Yemen pasaron a formar parte de una organización que, más allá de la campaña militar en Irak y Siria, se ha comprometido a “hacer frente a la financiación y la infraestructura económica de Daesh, impedir el flujo de combatientes terroristas extranjeros a través de las fronteras, apoyar la estabilización y el restablecimiento de los servicios públicos esenciales en las zonas liberadas de Daesh y contrarrestar la propaganda del grupo”.