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«El relevo generacional se define como el proceso de traspasar, en vida o no, la herencia (capital y bienes) y la sucesión (poder y gerenciamiento) a la nueva generación.»
El relevo generacional es determinante para la supervivencia y el crecimiento de los negocios familiares, las grandes empresas, la política y la sociedad en general. Es un proceso de transición en el que se transfieren responsabilidades de una generación a otra. Por lo tanto, resulta fundamental buscar reducir los riesgos de estancamiento, inestabilidad e incluso desaparición en el ámbito económico, social y político.
Es crucial designar un relevo eficaz con características probadas de liderazgo, relacionado con altos niveles de capacidad de negociación, motivación, capacidad analítica y toma de decisiones. Estas son las cualidades que deben tener los sucesores. En última instancia, serán las nuevas generaciones las que decidirán si continuar con el mundo heredado o cambiarlo.
El relevo generacional es un proceso delicado que debe planificarse en línea con la estrategia establecida en el presente y perfilarse con las metas estratégicamente diseñadas para el futuro. Aquellos que califiquen como relevo generacional deben estar perfectamente identificados con la filosofía, visión y misión de la organización, y demostrar plenamente las capacidades para enfrentar los grandes desafíos y riesgos para la supervivencia futura. Carácter, empatía, visión y toma de decisiones son las características principales.
El relevo generacional encuentra graves problemas para transmitirse suavemente a los jóvenes, y esto radica principalmente en los adultos mayores que delegarán el poder. La separación del poder causa dolor y recelo, nostalgia y requiere una preparación mental y psicológica mayor que la que los jóvenes receptores deben recibir en la transmisión del poder, la herencia o la sucesión.
En política, el relevo generacional es mucho más complicado, ya que nadie más que el joven al que se le invita a incursionar en la política está comprometido con el aprendizaje y la adquisición de la experiencia política necesaria. Esto obliga a imponer los relevos, siendo la imposición la única forma de lograr el relevo generacional en política.
Encontré en la Red Mundial de Jóvenes Políticos lo siguiente, que me pareció muy acertado en cuanto a los cuestionamientos. Escriben en su portal:
«En México se piensa que los jóvenes no tenemos interés por la política, que no tenemos experiencia y que no podemos ocupar cargos en la administración pública, mucho menos candidaturas a puestos de elección popular.»
«La duda es: ¿Las malas prácticas de los políticos decepcionan a la juventud y por eso no les llama la atención la política? ¿Quieren que tengamos experiencia sin darnos la oportunidad de desarrollarla? ¿Ven a la juventud como capital humano para una campaña electoral, pero no para contender?»
Es impactante entender lo que expresan los jóvenes aspirantes a políticos, ya que describen claramente la realidad en todas las fuerzas políticas de México. El relevo generacional no se promueve por temor a ser desplazados, a pesar de conocer el alto riesgo de desaparecer en el futuro como fuerza política con una ideología específica.
Es evidente que en la humanidad existe y se desarrolla de manera natural el relevo generacional. Es una ley de la vida, es la naturaleza misma la que obliga al relevo generacional.
Algo que ha cobrado relevancia hoy y que antes se consideraba normal sin que nadie pudiera observarlo es que el presidente López Obrador desde el inicio de su administración tuvo como meta el relevo generacional.
«La mayoría de los servidores públicos que trabajan cerca de la gente en los Programas para el Bienestar son jóvenes; están llenos de entusiasmo y convicciones. Es una gran satisfacción constatar que ya hay relevo generacional.»
En la oposición, el relevo generacional ni siquiera parece ser una intención para garantizar la supervivencia futura de sus instituciones, mientras que Morena ha estado aplicando el relevo generacional durante cuatro años en posiciones tan sensibles como los programas sociales.
Dentro del panorama legislativo, también está en marcha el relevo generacional en el movimiento de la 4T. Existe una mezcla de generaciones de políticos que comparten experiencias legislativas con los jóvenes que los acompañan en igualdad de circunstancias. Hoy, estos jóvenes participan activamente en campañas políticas internas de Morena, y a través de la transmisión generacional, están moldeando el futuro de los jóvenes de Morena.
Se ha descubierto esta estrategia del presidente López Obrador cuando, ante un nombramiento de alto nivel en el gabinete presidencial, habla claramente de RELEVO GENERACIONAL. Esto sucede con el nombramiento de Luisa María Alcalde Luján como Secretaria de Gobernación, una valiosa joven de la izquierda.
Luisa María Alcalde Luján es licenciada en derecho con mención honorífica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y maestra en derecho por la Universidad de California en Berkeley.
Comenzó su actividad política al participar en las protestas contra el desafuero del entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, en 2005.
Posteriormente, participó en las protestas electorales por la elección presidencial de 2006 y formó parte del «Gobierno Legítimo» creado después de la contienda electoral fraudulenta.
En 2011, se afilió a la asociación política nacional Morena, donde representó a jóvenes y estudiantes.
En 2012, fue elegida diputada federal en la LXII Legislatura por el Partido Movimiento Ciudadano, donde fue secretaria en la comisión de Trabajo y Previsión Social, concluyendo su mandato en 2015.
En 2018, fue designada como titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) dentro del gabinete presidencial, cargo que ocupó hasta mediados de junio de 2023.
El 19 de junio de 2023, fue nombrada como nueva titular de la Secretaría de Gobernación, en sustitución de Adán Augusto López Hernández.
Su madre es Bertha Luján Uranga, quien estuvo a cargo de la Contraloría del Gobierno
del Distrito Federal durante la administración de Andrés Manuel López Obrador. Su padre es Arturo Alcalde Justiniani, abogado y asesor laboral y sindical, y columnista habitual en La Jornada.
Nacida en la Ciudad de México el 24 de agosto de 1987 (35 años).
El presidente López Obrador reflexionó posteriormente a la última gran concentración, diciendo:
«Los que están, los que vienen, ahora que voy a los actos me da gusto ver que predominan los jóvenes como nunca antes. Cuando hicimos una marcha, no podíamos caminar, era asfixiante. Al voltear para tomar aire, lo que más me fortalecía era ver a mi alrededor a puros jóvenes. En mi interior pensaba: ya hemos triunfado, porque hay relevo generacional. Este movimiento se está poniendo en marcha».
Quienes logren desarrollar el talento de los jóvenes serán los que tengan el poder en el futuro. Ir en contra de esto significa enterrar sus proyectos políticos.
Al menos en Morena, el problema del relevo generacional que representan los adultos ha comenzado a ser superado.
La consolidación de México está en marcha con los adultos de izquierda, y el relevo generacional de estos adultos políticos de hoy en Morena ya está en proceso.
«El poder ciega a las personas que creen que estarán en él por toda la eternidad. El poder pasa, y no queremos aceptarlo».
Una vez más, de manera contundente y avasalladora, el presidente López Obrador marca la AGENDA POLÍTICA NACIONAL.
