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Finalmente se llevó a cabo el ejercicio de debate en la aldea, organizado por el Instituto Estatal Electoral, con la conducción de Alejandro Velazco y Mary Carmen Rodríguez.
Participaron los seis aspirantes a la alcaldía:
Rogelio Loya por la alianza PAN, PRI Y PRD; Cruz Pérez Cuéllar, por la alianza MORENA Y PT; Luis Fernando Rodríguez Giner, por el VERDE; Enrique Romanillo, por MÉXICO REPUBLICANO; Jaime Flores, por el partido PUEBLO; y Esther Mejía, por MOVIMIENTO CIUDADANO.
No hay mucho que analizar.
Me uno a los comentarios generalizados. El ejercicio no fue utilizado para provocar la intención del voto a través de las propuestas.
Al menos tres, de los aspirantes, se llevaron proyectiles de lodo y heces, para tirársela encima al líder en las encuestas.
Se percibía la intención.
Y éste, a protegerse de las pedradas y dar a conocer su obra de 31 meses.
Los más propositivos fueron, Enrique Romanillo, y Fernando Rodríguez Giner.
Sin embargo, pocos les pusieron atención.
La morbosidad envolvió a la audiencia. Querían ver correr la sangre.
No hay ganador. No es una competencia. La competencia es en territorio y culmina el 2 de junio.
Lo que usted no sabe es que el verdadero espectáculo ocurrió tras bambalinas.
Y no fueron los candidatos.
Fueron las diosas de la prepotencia, Georgina Ávila y Yanko Duran, funcionarias del Instituto Estatal Electoral.
De nada sirvió acreditarse como medio de comunicación, pues la prensa fue relegada a ver el debate en una pantalla, en sala contigua, donde obviamente se pierde todo el contexto del evento.
Imperdonable que Yenko haya llegado tarde, y con su cauda de centinelas que le resguardaban la compra de fayuca que fue a hacer a El Paso.
Inconformidad del personal de apoyo de los candidatos, reporteros e invitados especiales.
Como dije líneas arriba, la atracción fue, ver el despedazadero contra Cruz.
En otro orden de ideas, el sábado pasado estuve en una comida con abogados, que recibieron a Cruz Pérez Cuéllar.
Como vosotros sabéis, pertenezco al Ilustre Colegio de Abogados que preside Héctor Molinar.
Y fuimos convocados por la doctora Daniela González Lara, quien a través de su equipo conformado por: Graciela Vázquez, César Irigoyen, Lety Espir, Judith Reyes y Luis Aguilar, hicieron la convocatoria a las diversas barras y colegios de abogados.
Reunión muy nutrida.
Y pretexto para volver a saludar a los colegas que no nos veíamos en mucho tiempo.
Y a propósito de debates, luego del acto de campaña provocado por el equipo de Xóchitl Gálvez, denominado, MAREA ROSA, que por cierto llenó el zócalo capitalino. (No así en Juárez, Chiwas y ciudades circunvecinas), los tres aspirantes a la presidencia de México, hicieron su tercero y último debate.
En la concentración del zócalo privó un tema recurrente: “Defender la democracia”.
Sobre la participación de los candidatos en el debate.
Me parece que hubo un ligero avance con las respuestas al cuestionario del INE.
El candidato Máynez, muy bien informado, dio, para mi gusto, las respuestas más inteligentes.
La candidata de Morena, siguió con su estrategia de presentar logros.
Tanto por el gobierno de la 4T, como los suyos al frente del gobierno de la CDMX.
Y la candidata del PAN, PRI Y PRD, con altibajos muy estridentes. Por un lado, la insistencia en golpear a Claudia Sheinbaum; por el otro, ofrecer cosas inalcanzables, como la de proveer de alta tecnología a la totalidad de los mexicanos, o la belicosidad de su personalidad, al insistir en confrontar al crimen organizado y al narcoimperio en general, a balazos… no abrazos.
Y de confrontar a los países centroamericanos y sudamericanos con el amago del cierre de la frontera sur.
“Voy a poner orden en la frontera sur.” Amenazó.
Pienso que el tercer debate no será factor de cambio en la intención del voto.
Sin embargo, el que pudo generar más simpatías, fue, Jorge Máynez, de Movimiento Ciudadano.
El resultado se verá en sólo dos semanas y la euforia bajará a los cauces de equilibrio.
Por lo pronto, enseguida del debate, los tres candidatos se proclaman vencedores. Obviamente.