Ante el cierre del rastro se realiza la matanza de reses en rastros particulares y bajo vigilancia sanitaria en San Andrés Larráinzar y Nachig
El representante legal de introductores, productores, matanceros y tablajeros, Olaf Ballinas Coronel, negó que sus clientes se encuentren distribuyendo carne contaminada como se ha difundido en diferentes medios.
Ante la omisión de las autoridades municipales de aclarar en dónde y bajo qué condiciones opera la matanza de reses que se distribuye en la ciudad, señaló que sus representados, ante la entrega del Rastro Municipal donde se construye un Cedeco, se vieron obligados a realizar la matanza aproximada de 80 reses semanales en rastros particulares y bajo vigilancia sanitaria en San Andrés Larraínzar y en Nachig, que es municipio de Zinacantán.
“La carne que se consume actualmente en la ciudad se está trayendo de Larraínzar de un rastro particular de un introductor de la Unión, se vieron forzados a ir a matar, porque en Teopisca y Chiapa de Corzo no habían las condiciones sanitarias, también hay otro grupo que se encuentra matando en Zinacantán, son alternativas para que no haya desabasto ni alza en los precios”, aseguró.
Dejó en claro que la entrega del Rastro lo hicieron al verse presionados por Sedatu para realizar una obra, pero las autoridades municipales no tenían una alternativa para que pudieran trabajar, “la ciudadanía no nos apoyó y tuvimos que buscar otras alternativas, para que la carne esté buen estado, se cumple con el protocolo para el consumo”.
Por último, sobre la negativa del Ayuntamiento de proporcionar información sobre la carne que se distribuye en San Cristóbal, Ballinas Coronel expresó que están pasando por alto la información, porque están más interesados en la construcción del Cedeco y no por la salud pública de los habitantes./ Solel Gómez-San Cristóbal de Las Casas
