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En la ruta del Tren Maya, un equipo de investigadores ha descubierto, en Cansacbé, Campeche, un plato milenario y polícromo con la imagen muy desgastada de un jaguar encima de una banqueta rodeado de recuadros que representan caparazones de tortugas.
Este tipo de representaciones son comunes en la cerámica del Periodo Clásico Tardío (600-900 d.C.) de la gran civilización maya, que en ocasiones se refieren a seres wahyis, entidades sobrenaturales auxiliares de los miembros de élite.
La palabra “way” es la raíz de “soñar” en las lenguas mayas, y derivados de ella existen una gran diversidad de significados relacionados con el sueño, la brujería, la transformación y los espíritus compañeros. Los espíritus wahyis en la esfera sobrenatural eran en muchos casos las personificaciones de enfermedades específicas.
Los investigadores Christophe Helmke y Jesper Nielsen, en una reciente investigación, argumentan que los wahyis son encarnaciones o personificaciones de enfermedades provenientes del inframundo que pueden ser controladas y proyectadas a los demás.
El equipo multidisciplinario que realiza el salvamento arqueológico, coordinado por el arqueólogo Manuel Pérez Rivas, lo encontró en el Tramo 2 del Tren Maya a modo de ofrenda funeraria.
El plato milenario de multitud de colores, que tiene la representación de un wahyis, fue localizado en el sitio Cansacbé, a 12 kilómetros de la ciudad de Campeche.
“Se trata de la más grande investigación arqueológica que se haya podido realizar en el área maya mesoamericana”, dijo Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah), al exponer sobre la aplicación del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) en los sitios campechanos de Edzná y Xcalumkín.
Texto y foto: Agencias