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Con un recorrido de 330 kilómetros, efectuado durante tres días, en la línea fronteriza entre México y Guatemala, se realizó el patrullaje de inspección y vigilancia con guardaparques de las reservas estatales de Balam Kú y Balam Kín, Calakmul, junto con personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y guardarecursos del Consejo Nacional de Áreas Protegidas, por parte de México, así como brigadas del Centro de Estudios Conservacionistas (Fundaeco), por parte de Guatemala.
La Selva Maya, con más de 14 millones de hectáreas, es el segundo macizo forestal más grande de América, justo después del Amazonas, conservarla es asegurar un futuro resiliente y una gran aliada para la captura de carbono frente al cambio climático.
Este importante ecosistema enfrenta serias amenazas que comprometen su viabilidad y funcionalidad en el mediano y largo plazo. Tales riesgos se relacionan con incendios forestales, tala y tráfico ilegales de especies de flora y fauna en la mayor parte de la zona.
También tiene grave impacto la degradación y el cambio de uso de suelo, causado por actividades agropecuarias.
Las fronteras entre los tres países que comparten la Selva Maya –Belice, Guatemala y México– apremian implementar estrategias conjuntas de mitigación de dichos peligros.
Texto y foto: Agencias